Soy un universitario con suerte. En 1950 ingresé a la Preparatoria de la Universidad. Tenía 16 años y la Universidad, 8. ¡Era una niña! Escribí entonces en “Axios”, el primer periódico estudiantil. Y en “Ariel” que le siguió. Me ayudaron a descubrir mi vocación periodística. En 1955, como reportero del Diario del Yaqui, de Ciudad Obregón, me dieron como fuente de información, a la Universidad, y en 1963, al inaugurarse en Hermosillo “El Sonorense”, continué como titular de la fuente.
En 1964 obtuve una plaza en el Departamento de Extensión Universitario y fui director de la Revista Universidad, ahora desaparecida. A la par, cursé la carrera de Derecho. Mi tesis, “La juventud, ¿quinto poder?” fue el primer libro que publiqué, con algunas modificaciones. Del tercer Rector, Manuel Quiroz Martínez, en adelante, he conocido y entrevistado a todos los rectores. Viví, como estudiante y como periodista, la llamada “huelga” de 1967.
Fui profesor en Ciencias de la Comunicación y en Letras. El rector Pedro Ortega Romero me encargó la investigación y redacción de la Historia General de la Universidad de Sonora, que se publicó en cinco volúmenes, entre 2005 y 2009. Y a principios de este año, la rectora María Rita Martínez Plancarte me honró al asignarme la tarea de escribir la historia sintetizada de nuestra Universidad, desde la fundación hasta este año. La obra se llama “Todo lo iluminan”, frase tomada, como usted sabe, de nuestro escudo.
“Todo lo iluminan” es un libro hermoso por su tipografía, su diseño y por las fotos seleccionadas por un artista: Joel Montoya. Se dará a conocer este viernes 21 en el auditorio del Centro de las Artes, a partir de las 18 horas. En mi bibliografía es el número 56 de los publicados. Hasta aquí ha llegado mi vida universitaria con suerte singular. Y como quiero conservarla, le invito a usted a que el viernes nos acompañe a platicar. Podríamos comenzar recordando a don Herminio Ahumada, a quien tuve la fortuna de conocer y de hacerle dos entrevistas. ¿Qué tal?
¿CON QUE LE GUSTA EL ARTE AL ALCALDE?
En varias ocasiones he opinado que nuestros gobernantes impulsarían la cultura con un sencillo esfuerzo: el de acudir de cuando en cuando a las funciones de danza, teatro, a los conciertos de música, las exposiciones de artes plásticas, los simposios.
He citado a los gobernadores que solían asistir a esos eventos: Luis Encinas, Samuel Ocaña García, Manlio Fabio Beltrones, Eduardo Bours. Con su conducta ganaron simpatías de la gente y los colaboradores los imitaron, primero, para que los viera el jefe y luego porque muchos de ellos se volvieron adictos a los eventos culturales.
Me cuentan que el alcalde Astiazarán asiste con su familia a las actividades que organiza el Instituto Municipal de Cultura y Artes en los parques. La de este domingo fue de música. Eso está muy bien. Es deseable que persista, no de manera permanente porque su trabajo lo reclama en diversos frentes. Pero sí cada vez que le quede un tiempito.
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