Hasta este año que está por terminar, las librerías pequeñas, las que no alcanzan ventas por seis millones de pesos al año, disfrutaban de un beneficio fiscal consistente en deducir, de los impuestos a pagar al Estado, el 8 por ciento. A como viene la Ley Federal de Ingresos para 2023, ese beneficio desaparecerá.
Tal vez “Libros y más”, de Ciudad Obregón, venda más de 6 millones de pesos al año, así como Gandhi y Porrúa, que son eslabones de sendas cadenas nacionales, pero no Hypatia, de Hermosillo, quizás ni la Librería Universitaria ni la Librería del Noroeste, para no hablar de expendios de libros de veras pequeños en diversos municipios.
El beneficio fiscal fue el reconocimiento del gobierno a la contribución de esos comercios pequeños que ayudan a abastecer a los lectores de pocos recursos económicos. El golpe les llega después de los que les asestan empresas internacionales como Amazon que venden en línea y sin pagar impuestos, y cuando es evidente que los programas oficiales que pretenden incrementar el hábito de la lectura han fracasado a pesar de la propaganda oficial en contrario.
Opino que ha llegado el momento de crear en Sonora, como hace años lo hacen en la Ciudad de México, Guadalajara y Xalapa (que son los casos que conozco), las librerías de viejo o de libros usados, para vender más y a precios más bajos; y paralelamente, buscar que las instancias fiscales otorguen facilidades a quienes apuesten a mantener esos negocios.
¿DE DÓNDE LA FOBIA CONTRA LOS MILITARES?
Absoluta razón asiste a la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, Rosa Icela Rodríguez, cuando critica a los partidos y gobernadores de la oposición que lanzan, por un lado, críticas al Ejército, y al mismo tiempo, solicitan su presencia en los estados y municipios para que los protejan.
Hubo una época, el Siglo pasado, en que se registraron golpes de estado en Cuba, Argentina, Venezuela, Colombia, Brasil, Paraguay y algún otro país, pero en México, después de la Revolución, las fuerzas armadas han permanecido al servicio del pueblo y de los gobernantes elegidos mediante el voto.
El Presidente de la República más respetado y querido es el general Lázaro Cárdenas. Sonora guarda el mejor recuerdo como gobernador del general Abelardo L. Rodríguez, que fue también Presidente de la República, así como del general Plutarco Elías Calles. El presidente general Manuel Ávila Camacho guio a México con mano firme durante la II Guerra Mundial y fue el último militar en el Ejecutivo.
Del año en que cumplí el Servicio Militar Nacional (como conscripto) guardo los recuerdos más gratos de los oficiales que fueron mis instructores. Vivo a dos calles del cuartel del Ejército, en Hermosillo, y me siento seguro al tener cerca al instituto armado.
Dicen que recelan del Ejército para golpear con su chismografía al Presidente López Obrador, su jefe máximo, porque aprovecha a los ingenieros militares y personal capacitado para construir obras que salen más baratas y mejor ejecutadas. Así, rompe la vieja cadena de complicidades entre gobernantes y contratistas que hicieron negocios ilegales con cada obra pública. Esa es, expresada sin rodeos, la causa de que se murmure y difame.
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