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Confieso que soy un preocupón, y no sólo por mis propios asuntos sino también por los ajenos, lo cual es el colmo. Me preocupa que uno de mis vecinos sufra un accidente automovilístico o participe en un choque, porque luego de informarme si sufrió lesiones, trato de averiguar cuánto le costará el chiste. Si hasta parece que estoy dispuesto a cooperar con la cuenta, y con gusto lo haría si dispusiera de dinero.
Esta reflexión la hago porque acabo de enterarme de que el cercano 3 de abril se quedará sin trabajo el consejero presidente del INE Lorenzo Córdoba. ¡Sin trabajo! Esto suena terrible, y lo es. Me han corrido de la chamba tres veces en mi vida, y aunque me indemnizaron,, desde el primer día me preocupaba por acomodarme en una nueva plaza. El dinero se agota tarde o temprano y sostener una familia no es cosa de juego.
Entiendo que a Córdoba lo indemnizaron ya con varios millones de pesos, de acuerdo con las reglas que él mismo promovió e impuso. Es hombre precavido. Y estuvo 9 años en el cargo cobrando más de lo que gana el Presidente de la República. Si calculamos que cada año ahorró de su sueldo, digamos, tres millones de pesos,, debe tener en el banco, por ese concepto, 27 millones.
Además, no debe tenerlos ahí, sin movimiento. Como tipo listo que ha de ser, sin duda los colocó a plazos en los bancos y financieras y tal vez hizo negocios. Todo esto suena, como dirá el lector, a millonario de novela. Pero, repito, el dinero no dura toda la vida. El señor Córdova, millonario y todo, ha de estar con el pendiente de que el precio del pan y el aguacate sube de precio casi todos los días, igual que el gas para el consumo doméstico, la gasolina y otros productos indispensables.
Y la gasolina, el teléfono celular, los guardias de su residencia, la cuenta de las comilonas en excelentes restaurantes, los paseos en playas, los viajes en avión, todo lo que le cargaba al presupuesto del INE, tendrá que pagarlo de su bolsa. ¡Y sin chamba, repito!
Mi preocupación por el futuro del señor Córdoba me ha hecho pensar en la creación de un comité que recoja feria en los camiones y a la entrada de cines y teatros, de bares ¿por qué no?, para ayudarlo a superar este trance. Así como él inventó la democracia, de acuerdo con sus múltiples afirmaciones, es justo que ahora la gente beneficiada con ese invento, se lo retribuya siquiera en parte.
Estoy tentado de enviarle un mensaje para hacerle saber que muchos estamos preocupados por su futuro laboral, y creo que me animaré a proponerle la idea de que escriba un libro sobre cuestiones electorales, en el que ataque a rabiarr al presidente López Obrador. Tiene amigos como los dueños de Televisa y Reforma, como su colega millonario Claudio X. González, como López Dóriga, como los líderes del PAN y del PRI, muchos otros de ese nivel que no le comprarían un libro sino carretadas de ejemplares para extender su odio. Pero que no vaya don Lorenzo a pagar la edición. El dinero se agota.
carlosomoncada@gmail.com
