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En cuanto me enteré de la elección del licenciado Carlos Freaner Figueroa como presidente nacional de la Cruz Roja, me puse a calcular cuántos años hace que se entregó al servicio de la comunidad a través de la benemérita institución. No fue fácil obtener el resultado, pero llegué a él. Se ha dedicado a esa noble tarea DESDE SIEMPRE.
Cuanto mayor es el esfuerzo y el tiempo que se invierten en una causa, más pura es la satisfacción de arribar a la meta. La compartimos los sonorenses porque constituye un orgullo para todos.
Conocí primero a Francisco Freaner Figueroa como activo funcionario de la Universidad de Sonora, y luego a su hermano Carlos, novato aún en los estudios de Derecho. Lo vimos actuar como presidente del consejo de administración de El Sonorense, a crecer como profesionista y autoconstruirse como servidor de la sociedad. Los nombres de Carlos y de la Cruz Roja se fundieron en uno.
He hablado antes de la satisfacción de arribar a la meta, aunque el nombramiento de Presidente nacional no es una meta definitiva, sino la base de sustentación para librar con éxito otras batallas en dimensión distinta pero con los mismos fines: atenuar el dolor de los semejantes.
Nuestro ferviente voto por el éxito en esta nueva encomienda.
¿AMPARO CONTRA QUÉ?
Para el maestro Ignacio Burgoa Orihuela, cuyas enseñanzas bebí en las aulas de la UNAM, el juicio de amparo era -y es—una institución jurídica punto menos que sagrada. Lo son también, en consecuencia, las acciones y procedimientos derivados de dicha institución.
¿Qué opinaría el doctor Burgoa, con aquella voz elocuente de barítono, si pudiera ver que un partido político lo utiliza como propaganda para fingir que cuenta todavía con la esperanza de recobrarse? No veo, en la acción de inconstitucionalidad que promueve el comité directivo del PRI de Sonora, contra la Ley que reduce a tres años el ejercicio del gobernador que sucederá a Alfonso Durazo, más que una intención política.
Y dicho con más precisión. una pobre intención política. El Reaccionario Institucional pretende dar la impresión de que le entra al pleito, que es de veras un partido de oposición. El cargo principal en el que descansa su queja es que la Ley en cuestión no se sometió a la consideración de más sectores de población. ¿Para qué, si fue recibida por los ciudadanos con natural aceptación?
Creo que si el Partido R. I. se estuviera recuperando, debería agradecer a la nueva Ley la oportunidad de pelear la gubernatura de tres años en 2027 y luego la gubernatura de seis en 2030. En ese sentido razonaría un partido de veras luchador.
carlosomoncada@gmail.com
