Ahora que ha pasado el Día de la Mujer, con las actividades académicas y artísticas que les dan belleza adicional, y con actos de salvajismo que las afean, llama la atención que no se haya citado, entre los elevados éxitos de las sonorenses, una lucha que les llevó a las diputadas locales años de menosprecios y forcejeos y en la que triunfaron a base de trabajo e inteligencia, sin necesidad de manifestaciones callejeras, alianzas vergonzantes y exabruptos.
Se trata de la victoria política que les dio el dominio del Poder Legislativo con una notable mayoría sobre sus compañeros varones. Con justa razón, así lo siento, el libro que da cuenta de esa historia se llama “De mendigar curules a reinas del Congreso”. Y yo soy el autor.
Llama la atención también que las diputadas que llegaron a la culminación de esta hazaña, las actuales, quizás con una excepción, no han leído el libro ni lo buscan, es probable que ni siquiera sepan que existe. Y es justo señalar que el éxito de estas damas es una modesta parte; el peso de la lucha descansó sobre varias generaciones de mujeres que cargaron con el menosprecio de los políticos y fueron víctimas de trampas electorales, incluidas las leyes en que fingían que había equidad de género.
El año pasado, ya con la edición iniciada en la imprenta, llevé a la Oficina de Partes del Congreso sendas cartas para dos diputadas de partidos distintos invitándolas para que participaron en la presentación de la obra como comentaristas. Con cada carta acompañé un ejemplar de los que salieron en vía de prueba.
Después de dos semanas sin recibir respuesta, me dirigí personalmente a una de las diputadas para preguntarle la razón del silencio. Su sorpresa fue mayúscula pues simplemente los empleados de a Oficialía no habían entregado las cartas ni los libros, que es de suponerse alguien se robó. Pero tampoco promovieron las diputadas una investigación para precisar quién o quienes habían sido los culpables.
La amarga realidad me obligó a suspender la impresión de la obra cuando se habrían encuadernado unos cincuenta ejemplares. Lo cuento ahora porque no tarda en desgranarse la mazorca: algunas diputadas renunciarán o se irán con licencia en busca de otros cargos públicos y no faltará las que intenten reelegirse. Yo esperaré la próxima ola de legisladoras para emprender otro intento de edición, si es que muestran interés en sus propias historias..
A PROPÓSITO DE REELECCIONES
Hace tres años al menos dos de los presidentes municipales que intentaron reelegirse por otros tres años, triunfaron. He pensado que los partidos políticos deberían ajustar los tiempos para que aquellos de sus alcaldes que aspiren a repetir trienio, alcancen a publicar sus informes a fin de que los electores del Municipio cuenten con elementos para apoyarlos… o para rechazarlos. No creo que serán muchos los valientes aunque uno, como ciudadano, por pocos que sean siempre tiene la impresión de que son demasiados.
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