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Es cierto que me gusta la chamba de periodista, por algo voy hacia las siete décadas en el oficio, pero no soy un fanático del trabajo y si casi todos se toman los días santos para flojear un poco, la envidia me hace imitarlos. Estaré retirado unos días junto con mi columna.
Pero antes envío una felicitación muy cariñosa a la bella Meztli Estrada, maestra y pintora, que deja la dirección de cultura del Municipio de Álamos para hacerse cargo de la dirección del Museo Costumbrista. Ni modo que vaya a tener problemas para ponerse al día en el cargo, si prácticamente nació ahí. Es hija de Tony Estrada, director fundador en proceso de jubilación. Tony asumió las funciones desde que en tiempos del gobernador Samuel Ocaña comenzaron a colocar los cimientos del edificio. Conoce muy bien los fantasmas que de inmediato fueron a refugiarse ahí.
Tocará a la nueva directora organizar los festejos del trigésimo octavo aniversario del Museo Costumbrista, que con toda seguridad será una justa y entusiasta despedida para su papá. Ojalá que haya también una bienvenida para Meztli, que podría consistir en una exposición individual de su obra pictórica.
UN DESIERTO PARA LA DANZA
Al reanudar esta columna comenzaré a darles información sobre otro festejo de aniversario, es decir, el programa con que se celebrarán los treinta años del aplaudido festival dancístico.
Los primeros “desiertos” comenzaron a darse en el teatro Emiliana de Zubeldia y en el Auditorio Cívico del Estado pues el Teatro de la Ciudad, que todavía no recibía ese nombre, llevaba chorrocientos años en construcción y parecía que nunca iban a terminarlo.
Por fortuna llegó de gobernador Manlio Fabio Beltrones y tomó el toro por los cuernos. Pidió el presupuesto necesario para concluir la obra, evitó publicar la promesa de una fecha de inauguración, pues sus antecesores no habían cumplido, le puso punto final ¡y a bailar danza contemporánea con los modernos mecanismos técnicos que tanto nos deleitan!
REGALAZO… Y RESPONSABILIDAD
El espacio se agota y sólo de pasada podré anotar que nuestra querida Universidad recibió un regalazo del gobernador, que había prometido desde su campaña: el Hospital General pasa a formar parte de la Casa de Estudios, para que los estudiantes redondeen sus carreras con prácticas cotidianas y en su momento, se incorporen a las tareas de investigación.
Es, de veras, un regalazo… ¡y una responsabilidad!, que, estoy seguro será dignamente correspondida.
En fin, ya estoy como los que se despiden y se despiden como si no tuvieran ganas de irse. Nos volveremos a encontrar la semana próxima.
carlosomoncada@gmail.com
