Como usted baña su cuerpo, lo alimenta, lo abriga, cree que su salud le pertenece, señor presidente AMLO. Pero no es así. Su salud es de México y de los mexicanos. Inclusive periodistas renombrados que no han dejado de criticarlo por sus actos y declaraciones (y a quienes usted no ha cesado de replicarles), razonan con sensatez y le sugieren cuidarse porque si enferma de seriedad y se muere antes de que el sexenio finalice, reinará el desorden en el país.
En la Constitución General está previsto cómo proceder si el titular del Poder Ejecutivo llega a faltar. Pero si no hay mano firme que sostenga las riendas en este país y voz de mando que ordene las grandes decisiones en materia económica y diplomática que han de tomarse cada día, por rápido que realicen el trámite que señala la Carta Magna para nombrar nuevo mandatario, muchas cosas pueden naufragar.
Y sobre todo, no habría quién mantuviera en su cauce normal la lucha por la sucesión presidencial.
El ritmo de trabajo que se impuso usted desde el comienzo del sexenio, y que impuso a sus colaboradores, ha sido excesivo. Un funcionario con responsabilidades complejas e importantes debe dormir bien y desayunar con calma, no estarse bañando a las 5 de la madrugada para asistir a “la mañanera”. Ha sido un milagro que no le hayan dado a usted antes los “váguidos”, y ahora que los ha sentido tómelos como una señal para frenar las exageraciones.
Ya quedó clara su orientación y su filosofía, ya pintó honda su huella, contamos con elementos para recordarlo de modo positivo. Pero a su tiempo. Ahora, por favor, no nos vaya a dar un susto.
¿Y ORA? ¿NO SON EN CAJEME LOS TIROS?
Los hermosillenses no están tranquilos cuando los de Cajeme los aventajamos en algo –cosa que hacemos en numerosas ocasiones—y hacen lo posible y lo imposible por igualarnos.
¿Que la Perla del Yaqui tiene una marca nacional increíble como escenario de balaceras y asesinatos en la vía pública (el 5º lugar, me parece)? Pues a echar bala en Hermosillo para alcanzarlos.
Esta semana hubo duelo de criminales de carro a carro a tiro limpio y luego un asesinato en el estacionamiento de un concurrido supermercado. En pleno día, para que sepa el mundo que los de esta capital son dejados.
Y para redondear la hazaña, las autoridades anunciaron que le habían recogido a los mafiosos ¡una pistola! Pero si una pistola la trae fajada al cinto cualquier raterillo.
Ahora hay que esperar cómo reaccionan los del Valle del Yaqui. No creo que se dejaran vencer así como así.
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