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Aunque tal vez queden algunos delegados rezagados, ayer debe haber llegado a Sonora la mayoría de los representantes de países de Europa, Asia, África, Latinoamérica, inclusive uno de Oceanía, miembros del subcomité de la FAO, la organización de las Naciones Unidas cuyo objetivo es producir la alimentación necesaria para el mundo.
Es un honor para México, y en especial para Sonora, que nuestra ciudad haya sido escogida para que los delegados den a conocer los avances registrados en sus respectivas naciones y también lo mucho que falta por hacer para disminuir el déficit de alimentos que afecta a millones de seres humanos.
Y es una pena que vengan precisamente en este momento, cuando los productores de Sonora, Sinaloa y Baja California están dispuestos a mostrar su inconformidad con el gobierno federal que no cubre los precios de garantía del trigo y otros granos con un margen de ganancia que les permita continuar sembrando.
Las visitas nos llegaron como las que caen sin previo aviso antes de que hayamos barrido y ordenado la casa.
Algunos agricultores consideraron la posibilidad de apropiarse del aeropuerto para exhibir su inconformidad, y es deseable que no lo hayan hecho –aunque el peligro no ha pasado—porque lo que habrían exhibido, con razón o sin ella, habría sido la incapacidad del gobierno para resolver el problema.
Sólo falta que ante una situación de compromiso ante los visitantes extranjeros, a un desorientado se le ocurra mencionar un hecho portentoso pero lejano en el tiempo: que el Valle del Yaqui fue el laboratorio en el que Norman Bourlaug logró multiplicar el trigo para la humanidad desnutrida. No es tiempo para hacer literatura sino para aplicar soluciones prácticas a la preocupación de hoy..
Pero va a surgir sin duda, de esta reunión, más materia de comentario.
¿QUÉ DARÁN LOS MAESTROS A CAMBIO?
No a todas las agrupaciones les va mal. El presidente AMLO aprovechó el Día del Maestro para anunciar un aumento promedio del 8 por ciento para todos los dedicados a la enseñanza, lo que en conjunto implica una suma respetable: 42 mil millones de pesos adicionales a lo que ya está presupuestado para educación.
Convencidos como estamos de que los problemas de fondo en México se resolverán por el camino de la educación, no podemos negar el aplauso para esa decisión presidencial. Pero no cerramos los ojos ante las deficiencias con que sale una enorme cantidad de muchachos de las escuelas primarias. Andan mal en campos sencillos de las Matemáticas y su ortografía y su expresión oral son lamentables.
Felicitaciones sinceras a los profesores por el incremento de sus sueldos. Pero como uno espera que estos beneficios sean correspondidos, ¿qué tal si los líderes sindicales o los funcionarios supuestamente especializados en el ramo, nos explican qué están dispuestos a dar a cambio a la sociedad mexicana?
carlosomoncada@gmail.com
