El martes pasado o un poco antes, el programa de becas BIENESTAR sufrió un bloqueo y millones de viejos se quedaron esperando como pendejos el modesto pero importante apoyo bimensual. No sólo ocurrió en Sonora sino en todo el país.
Pasé dos o tres veces por la Serdán, donde el Banco del Bienestar tiene sus oficinas. Todo era confusión, quejas, lamentaciones y NINGUNA EXPLICACIÓN. En centenares de casos, el dinero que esperaban recibir los viejos era para entregarlo de inmediato como abono de una compra para el hogar o para adquirir una medicina, o simplemente para comer.
Jorge Taddei es el responsable número uno de este programa. Debe estar ocupado en asuntos mucho más importantes que el que concierne a los viejos. No quiero decir que él mismo debió salir a dar una explicación a los viejos, no, no me atrevería a tanto; pero pudo haber ordenado a un subalterno que distribuyera un boletín o la explicación verbal de la situación. Nada.
Hasta el momento (domingo por la noche), yo no sé si los viejos pudieron cobrar su beca o siguen esperando que les avisen. Para el caso de que no les hayan avisado, yo, de metiche, les aviso: que ustedes (nosotros), los viejos, no somos un grupo que preocupe de verdad a MORENA, sino un instrumento demagógico de propaganda. ¿Está claro?
LA GELATINOSA VIDA DE XÓCHITL.
Comenzaron por vendernos la imagen de Xóchitl Gálvez como una pequeña vendedora de gelatinas y de pronto quedó al descubierto que llegó a empresaria no por haber vendido muchas gelatinas, sino porque en el curso de su carrera política fue haciendo maniobras para que le adjudicaran contratos y hacer fortuna.
Los miles de niños que venden actualmente gelatinas no se identifican con la Xóchitl pero sí otros miles, los que utilizan la política para hacer negocios. Piensan que está bien lo que hacen y les ilusiona pensar que si una empresaria política llega a la Presidencia podrán seguir haciendo negocios como ella.
Se ha criticado al presidente AMLO porque le levantó las faldillas a la Xóchitl (así se decía en el barrio cuando a alguien le descubrían un negocio chueco que había mantenido en secreto), pues se inmiscuye en las actividades de un partido que no es el suyo, MORENA.
Al margen de que exista una norma que prohíba la franqueza del Presidente, me pregunto qué pensaríamos de AMLO si la Gálvez o cualquier otro individuo con sus antecedentes arribara a la Presidencia sin que él, AMLO, nos hubiera prevenido a tiempo. Es evidente la respuesta.
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