No recuerdo qué gobernador creó la Banda Sinfónica del Estado. Debemos al doctor Samuel Ocaña la grabación en discos l. p. de los fox trot, marchas, valses, himnos, etcétera, que a fines del Siglo XIX y primera mitad del XX producían músicos nacidos en Sonora, o fuera, pero radicados para siempre entre nosotros. Y le debemos a Rodolfo Rascón la historia de estos músicos excepcionales que ya no se tocan en nuestro estado. ¿Por qué?
En 2015 la gobernadora Claudia Pavlovich, con pocas luces culturales, nombró director del Instituto Sonorense de Cultura a Mario Welfo Álvarez, con muchas menos luces que su jefa, quien dio oído a las intrigas que permitieron convertir a la prestigiada Banda de Música en “banda sinfónica”. El director Renato Zuppo comenzó a echar al cesto de la basura la música sonorense y de pronto se convirtió en intérprete –un mediocre intérprete—de piezas clásicas.
Habían dejado morir a la Orquesta Típica, que era también aplaudida intérprete y fiel guardiana de la música popular sonorense. Como que extendieron acta de defunción artística a Chito Peralta, Manuel Acuña, Silvestre Rodríguez y demás talentos musicales del pasado Siglo.
En el ciclo 2015-2021 varios directores desfilaron por el pódium de la Orquesta Filarmónica y al fin se dio con el idóneo; Héctor Acosta, con un proyecto personal que hace avanzar hacia su total realización. Sin que el autor de esta columna asegure que no le importa al maestro tanto la conservación de un empleo sino la oportunidad de llevar su proyecto a feliz realización, me pregunto por qué no lo dejan modelar su sueño al margen de intrigas baratas.
De paso, la Dirección General del Instituto Sonorense de Cultura podría rescatar la hermosa, amada herencia musical que nos ocultan, sin prejuicio de que tengamos acceso, a la vez, a las grandes obras de los clásicos. Esto ya se había logrado. ¿Por qué no actuar con sensatez y nos devuelven el tesoro que mantienen oculto al oído de los sonorenses?
DE ESTE SÁBADO AL PRÓXIMO
El sábado de la semana próxima tendré el gusto de dar una conferencia sobre ciertos secretos de redacción que pueden mejorar la prosa de los creadores de literatura. Me encantaría contar, entre los presentes, tanto autores noveles como autores experimentados porque aprenderíamos unos de otros.
De acuerdo con los lineamientos de la Cooperativa Voces Sonhoras, eventos cómo éste requieren el pago de una cuota moderada, pues el propósito esencial no es lucrar sino contribuir a la creación de mejor literatura. Ya la Cooperativa se encargará de dar a conocer la información requerida. Yo sólo me permito hacerles un atento recordatorio.
carlosomoncada@gmail.com