espacio, sobre posibles preparativos de actos violentos para alterar el clima de tranquilidad en que se desenvuelven los actos preelectorales, y ayer el Presidente hizo al respecto una seria, muy grave denuncia al respecto.
Fiel a su estilo franco y directo, no soslayó los nombres de los tres periodistas que se encuentran implicados en una conspiración para extender y profundizar la sospecha de que se ciernen amenazas de muerte sobre uno o más de sus compañeros, y que si algo sucede la responsabilidad será de Andrés Manuel.
Los conspiradores son López Dóriga, Riva Palacio y uno más estrechamente relacionado, como los primeros, con el ex presidente Carlos Salinas de Gortari. Mientras más extiendan la sospecha y logren que más comunicadores se sientan amenazados, habrá triunfado con mayor rotundidad la maniobra.
El equipo de Comunicación Social de la Presidencia no tenía listo todo el material probatorio del perverso plan, pero el Presidente prometió darlo a conocer hoy miércoles.
Esta columna fundamentó su sospecha, que está en camino de ser probada, en que en ninguno de los tres partidos que forman la oposición existe el convencimiento de que Xóchitl Gálvez pueda ganar la elección. Ayer mismo “la ola azul”, considerable grupo de panistas, mostró su desacuerdo y un líder del PRD presentó denuncia por corrupción contra esa señora.
La tradición política ha aconsejado que cuando se descubren trampas como la que se dará a conocer hoy, es preferible disimular, no mover las aguas, aguardar los acontecimientos. Pero vivimos ahora la época de la denuncia sostenida por pruebas, el enfrentamiento cara a cara con los conspiradores, el contraataque a tiempo para deshacer el veneno que quieren inocular en la opinión pública. Hay que actuar en consecuencia.
RESPETO A LA LITERATURA
Dentro de cuatro o cinco semanas se cerrará la recepción de trabajos para el Concurso del Libro Sonorense 2023. Dado que los premios para cada uno de los seis géneros literarios que concursan subió de manera inusitada a 250 mil pesos, el número de obras que participen alcanzará un número sin precedentes. Todo el mundo correrá tras el dinero, y yo apuesto a que predominará la mediocridad.
En los últimos diez años han sido premiadas novelas y poemarios que no lo merecían. Ahora los organizadores y, especialmente, los jurados, están obligados a exigir la máxima calidad de los laureados. La literatura de Sonora merece respeto y no hay que temer la eliminación de los libros carentes de calidad. Si uno o dos géneros no presentan un excelente nivel literario, será deber de los jueces no titubear al decidir y declararlo desierto.
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