Una gran dama en la independencia de México.
“La inclinación y el anhelo de una amistad y un amor es verdadero privilegio de las almas tiernas e íntimamente sensibles.”
Alexander Von Humboldt. Geógrafo, astrónomo, humanista y naturalista, prusiano (14 de sept. Berlín, Alemania 1769 - 6 de mayo 1859)
Durante la gestación de la independencia, como en la revolución mexicana, la participación de la mujer fue importante; unas muy reconocidas por la historia, otras menos y muchas han quedado en el anonimato. De las primeras dentro de la etapa independentista están: Doña Josefa Ortiz de Domínguez y Leona Vicario. Entre las menos recordadas, Gertrudis Bocanegra, Rita Pérez Jiménez, Rafaela López Aguado de Rayón y sin duda la controversial y admirada por su belleza, alegría y por su participación “tras bambalinas” en el proceso independentista: María Ignacia Rodríguez […], la Güera Rodríguez. Motivo de esta columna ad hoc por los 202 años conmemorativos de la consumación de la Independencia de México (27 de septiembre 1821).
Una mujer recordada en la historia de la Revolución es sin duda Carmen Serdán y su familia, y María Antonieta Rivas Mercado (mecenas de la cultura y de políticos postrevolucionarios), que han llenado páginas de la historia de México. Además -decía- muchas mujeres han quedado en el anonimato, conocidas como “las Adelitas Revolucionarias, siguiendo a sus juanes”, a pie cargando un rifle, a un niño de meses o algunos alimentos en su rebozo cruzado como cananas (ahora con el nombre fifí, el “sofisticado” fular, rebozo que ayuda bastante, en la edad de la lactancia, para prevenir la luxación de caderas desde temprana edad).
Mientras, el “macho” iba montado en su caballo. Ellas caminando atrás de su hombre, sorteando los peligros de la guerra en los campos de batalla o en algún furgón del ferrocarril.
María Ignacia Rodríguez de Velasco de Osorio Barba y Pereyra, “La Güera Rodríguez. Nació en la Cd. de México el 20 de noviembre de 1778 y murió el 1 de noviembre de 1850. Mujer de impresionante belleza, con una oportuna inteligencia, de aguda simpatía y heredera de grandes fortunas, obtenidas de sus tres formales matrimonios con pictóricos personajes que tuvieron en común una cornamenta, con que siempre la Güera adorno las sienes de estos “come parados” (“en el lenguaje pastoril: chivos”). Ella fue estigmatizada en la historia de México por tener amoríos y amistad con notables personajes. Sin embargo, por sí misma fue un personaje notable, pero cuya relevancia fue quedando en el olvido, quizás por su vida “mundana”.
Está popular mujer de la aristocracia de la época de la colonia, tuvo influencia en la organización para el logro de la Independencia de México, apoyó económicamente al movimiento; se caracterizó, no solo por tan comprometido plan independentista, sino también por su “sensual concupiscencia”, quizás pionera del feminismo en México y de la diversidad sexual (diversidad, por aquello, de acostarse con “varios o diversos amantes, gozosos de sus placeres, por ella provocados” mencionaría Catón en uno de sus libros y columna). Entre estos “huarachudos” hubo influyentes personajes de la ciencia, de la política, la sociedad y de la religión, o sea siempre gozó de “buffetde la sexualidad”. Todo esto y más, a decir de su biógrafo, Don Artemio Valle Arizpe y citas jocosas de Armando Fuentes Aguirre, Catón.
Según Alexander Von Humboldt, mujer más hermosa que ha conocido. Notable mujer por su sensual concupiscencia, y sus múltiples refocilaciones (léase amoríos), según su biógrafo, Don Artemio Valle Arizpe. Al decir de Don Artemio, que junto con la hermana de la Güera: “eran dos doncellas muy godibles”. El presidente Miguel Alemán le espeto, al no estar de acuerdo con el dicho de “doncellas muy jodibles”. Don Artemio le explicó: godible, significa, alegre, placentero.
A La Güera Rodríguez, de sus tres matrimonios “formales”, con ciertos personajes del México pre independiente, a la par se le “endilgan” amoríos con personajes autóctonos y extranjeros (el mismo Humboldt, y Simón Bolívar).
Don José Jerónimo López de Peralta. Primer marido, un militar de fuerte carácter y golpeador; que no fue la excepción de lucir una mayúscula cornamenta, de singular y gran mamífero ovino (cabrito enorme).
Uno de los conocidos “huaraches” autóctonos en este periodo matrimonial, el entrometido (palabra muy ad hoc, para el caso que nos ocupa, según Catón, alburero) con el mote de “El Pelón”, fue el Dr. Luís Ceret. Tal vez acudía la Güera, con este doctor, para tratarse la probable “depresión” (bajón de noble parte) de su marido. Lo demandó “tal vez por eso” o por intento de asesinato. El marido murió antes de consumarse el divorcio.
Su segundo matrimonio, fue con Mariano Briones, un anciano adinerado, quien murió meses después de tener un hijo con ella. Briones le heredó una gran fortuna, se comenta que murió por “un enfriamiento”. Unos familiares que no recibieron herencia la culpaban de la muerte de Mariano diciendo: “yo sé porque murió: ella lo descobijó de intento y le dio pulmonía”. “Viejo que se destapa, solo la muerte lo tapa”. (Tomado de la obra de Emilio Carballido. El álbum de María Ignacia. Puesta en escena para teatro por el director Dagoberto Guillaumin en 1985-1986). (Jocosa obra teatral, que se puede bajar por internet).
Finalmente se casó con Manuel Elizalde con quien vivió hasta su muerte. Que no estuvo exento “de heredar la ostentosa cornamenta de sus anteriores “machos cabríos”.
La Güera tuvo un trato de amistad muy íntima con el cura Miguel Hidalgo y Costilla a quien ayudó para el levantamiento libertario. Fue acusada de herejía por defender la causa, y el 22 de marzo de 1811 fue presentada ante el tribunal del Santo Oficio debido a dichas acusaciones, y por supuesto adulterio, saliendo bien librada.
Una de sus relaciones amorosas, fue con Agustín de Iturbide, convenciéndolo en uno de sus encuentros amorosos, según historiadores, para que se convirtiese en el libertador del país, apoyándolo para llevar a cabo el plan de libertad nacional del pueblo mexicano. La leyenda cuenta que Iturbide desvió el desfile del Ejercito Trigarante, cuando entró a la Ciudad de México, para pasar cerca de la Iglesia de La Profesa, por donde vivía la Güera Rodríguez. (Tomado de Isabel Revuelta Poo. (Conversación sobre la Güera Rodríguez, en vindictas. Google).
Actualmente dos mujeres entraran a la historia de la vida política de México. Una de ellas será la futura presidente de México; Claudia y Xóchitl. A una de ellas le ha caído el “santo oficio, inquisitorio” gubernamental, con denostaciones burdamente misóginas y falsas acusaciones, intentona cobarde para destruir su candidatura, que solo demuestra el miedo del gobierno en turno de perder las elecciones.
A pesar de esto y más: #XóchitlVa y bien. Vota Libre el 2024.
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