Una vez más, como ha ocurrido a lo largo de veinte años, un buen número de hombres y mujeres se someten al interrogatorio de los diputados, que decidirán quiénes de ellos serán designados miembros del ISTAI. No será tarea difícil para los legisladores tomar una decisión pues lo que siempre sucede es que luego de hacer preguntas a seis o siete comienzan a repetirlas, y terminan por fallar en favor de alguien que a primera vista les cayó bien.
Este Instituto nació a partir de las reflexiones del presidente López Portillo sobre el Derecho a la Información y de ahí derivó a la propuesta de crear una institución a la que pudieran dirigirse los ciudadanos para plantear cuestiones sobre la actuación de los funcionarios de todos los niveles.
López Obrador, que era el jefe del Departamento del D. F. vio con desdén la iniciativa, y en Sonora, el gobernador Eduardo Bours consideró que cumplía con la nueva ley si agregaba sus atribuciones al Tribunal Estatal Electoral. Pero no pasó mucho tiempo sin que se creara el Instituto con independencia.
Las primeras consultas que se le plantearon fueron sobre el monto de los ingresos que obtenían los servidores públicos; luego amainó la novedad, y hoy lo que se puede afirmar con fundamento es que ha llegado a un nombre larguísimo: Instituto de Transparencia Informativa, bla, bla, y Protección de los Derechos Personales.
(Ojalá no le pregunten a ninguno de los aspirantes el nombre completo de la institución porque a lo mejor, igual que a mí, se le habrá olvidado)
Los buenos sueldos que paga el Instituto y la carga de trabajo, nada agobiante, hacen que acudan a la convocatoria buen número de candidatos, pero tengo la impresión de que los frutos colectados en la actualidad no son los que prometía la institución en los primeros años. Tal vez somos los ciudadanos que nos fatigamos con la carga de promesas que no responden a las expectativas iniciales
(Algo parecido está sucediendo, en mi opinión, con la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, que en los primeros años de su fundación inspiraba respeto y quizás también temor en algunos funcionarios Públicos, y ahora…)
Y bien, sigamos atentos a los interrogatorios que se registran en el Congreso del Estado.