Búsquedas, de Armando Zamora
Qué grato es encontrar poesía que nos habla al corazón sin rodeos, sin maquillaje ni disfraz, como la de Armando Zamora, que ganó el Concurso del Libro Sonorense 2022 con el libro Búsquedas. Pululan por ahí los malos poetas que disimulan sus limitaciones con expresiones oscuras como si compitieran con sus colegas por el campeonato del misterio y lo incomprensible.
El verso de Zamora es libre pero musical y su mensaje es claro y profundo. En este poemario, dedicado a las madres buscadoras de los restos de hijas e hijos desaparecidos, se duele con tristeza y aceptación de los signos de la vejez, y recuerda con amor a su madre.
“Mi madre era el mundo y yo era un niño”. De modo recurrente evoca el patio escenario de su infancia y el árbol de los aguacates, y compromete a su progenitora que ya ha muerto: “Madre, prométeme que en la próxima vida volverás a parirme de nuevo//para escribir la misma historia…”
Declaro mis páginas predilectas las que aparecen en el apartado “En Etiopía había un río sin peces”.
Los papeles amarillos, de Hugo edina
Hugo Medina se confirma como líder de los literatos cazadores de premios con la serie de cuentos Los papeles amarillos. Algunos, como “El libro de la redención”, habría que admitirlos como relatos pues no ofrecen las características del género cuento.
Este autor es conocido por su obsesión de triunfar en todos los géneros. Si no me equivoco, sólo le falta concursar (y ganar) en Dramaturgia. Pero qué le durará si se encierra a escribir un drama o una comedia para el certamen del año venidero.Casi todo lo que escribe Medina es literatura de laboratorio. Pergeña argumentos que adorna con términos e información científica desprendidos de su amplia y heterogénea cultura, ¡y listo, a ganar! No hay al parecer jurado que se le resista.
Ojalá se decida a escribir una obra por el simple amor a la literatura.
(En este libro hay que corregir las palabras “esnobs” (p. 52) y “paparazis” (p. 41)