Se confirmó el rumor: Manlio Fabio Beltrones quedará registrado en la lista de candidatos al Senado por la vía plurinominal, lo cual garantiza que ocupará un asiento en la Cámara.
MFB fue ya senador en tiempos del presidente Salinas pero no por mucho tiempo (1989 - 1991) ya que salió para ocupar la Subsecretaría de Gobernación, de donde se vino a encabezar el Ejecutivo de Sonora. De nuevo fue senador en 2006 - 2012.
Que ahora tendrá que codearse con dirigentes del PAN y del PRD, aliados del PRI, no será para él una novedad. En su trayectoria no ha desdeñado la oportunidad de valerse de políticos de oposición para salvar problemas coyunturales. El lector de buena memoria ha de recordar que en plena campaña para gobernador compartió café con Ramón Corral Ávila y con el doctor Ávila Godoy (PRD), aunque el episodio más notorio fue su maniobra, como diputado priista, para lograr que Felipe Calderón tuviera acceso a la sesión en la que rindió la protesta como Presidente.
Y está fresca la impresión que causó la fotografía en la que se le ve en un restaurante charlando con el corrupto ex gobernador Padrés. Ni modo de olvidar el pueril orgullo con que éste presumía de haber sido recibido por el priista.
Manlio estuvo a un paso de la candidatura presidencial, que para desdicha de los mexicanos le ganó Peña Nieto. Aunque no es posible dudar de su fina habilidad política, en el curso de su carrera ha sido víctima de acusaciones absurdas, la más tonta de ellas, la de intentar que se sospechara de él por haberse apurado a ir a Tijuana para acompañar a su gran amigo Luis Donaldo Colosio, asesinado. ¡Sospechoso habría sido que no hubiera acudido!
Los calumniadores dijeron que Beltrones había golpeado a Aburto. Yo escuché su respuesta de entonces: “No lo golpeé, ¡pero ganas no me faltaron!” (Dicho sea de paso, el homicida rompió la carrera de Manlio a la Presidencia).
Seguramente que el futuro senador contribuirá a mejorar la calidad de los debates lo cual, al margen de preferencias partidistas hará bien al país.