Aunque al parecer hay cajemenses que no ven clara la diferencia entre Dirección Municipal de Cultura e Instituto Municipal de Cultura, sienten que esta última denominación tiene más catego y, desde luego, suena mejor, como que ya se podrá considerar a nivel del Instituto Sonorense de Cultura.
Un Instituto puede aspirar a cierto grado de libertad de decisiones. Cuando yo me hice cargo (si me permiten poner mi caso como ejemplo) del Instituto Sonorense de Cultura, en 1991, con sólo dos años de haber sido creado, de la Tesorería General del Estado salían los pagos, por separado, para la Casa de la Cultura, la Oficina de Publicaciones, la Dirección de Museos y el personal administrativo del Instituto. Lo primero que hice fue integrar cada una de esas dependencias en una, igual que lo que tenían presupuestado.
Un Instituto debe manejar su propio presupuesto porque si no es así, no sólo tendrá un jefe, el gobernador o el presidente municipal, sino además, el Tesorero y el Subtesorero y quizás otros segundones colados. Obviamente, quedará su titular obligado a manejar el recurso con absoluta transparencia.
No deja de llamar la atención que la creación del Instituto se anuncie cuando está por terminar el periodo del Ayuntamiento en funciones, y no a la entrada del que viene. Supongo que se debe a que el alcalde Lamarque está seguro de que los electores le permitirán repetir. Si, al contrario, arriba un alcalde de otro partido, habrá que averiguar cómo ve la transformación de la que ha sido Dirección de Cultura para saber a qué atenerse.
ÁLAMOS: MISIÓN CUMPLIDA
No pude ahora, como en los dos festivales Dr. Ortiz Tirado anteriores, sintonizar trasmisiones en vivo de los conciertos de gala, pero capté en repetición el último con la ceremonia de clausura. Quedo enterado de que el Estado de Michoacán será invitado de honor. Aceptó la invitación el gobernador de aquella entidad, que se hallaba presente.
No creo que la Directora General del ISC y su personal estarán regodeándose con el éxito logrado muchos días, pues lo que les espera no es poca cosa: celebrar el año próximo el cuadragésimo aniversario del FAOT. Tendrán que lidiar con un cuarentón.
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