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La manoseada Constitución Mexicana de 1917

Raúl Héctor Campa García
Miércoles 7 de Febrero de 2024
 

“En México se expedirá una nueva Constitución cuando la realidad política y la social lo requieran. Sin embargo, por el momento, no es necesario, ya que son más los aspectos negativos y peligrosos que los positivos, situación que nos llevarían a un serio riesgo de retroceso democrático”.  Publicado Rev. Scielo: Cuest. Const.  no.24 Ciudad de México ene./jun. 2011.

Lic. Jorge Carpizo. Exrector e investigador emérito UNAM.

Ocupó diversos cargos públicos. (Campeche 1944-CdMex.2012).

 

CONSTITUCION: Formalmente, se entiende por Constitución aquellos principios que están en el vértice del sistema normativo de un Estado, es decir, las decisiones esenciales sobre la forma de estado o régimen, sobre las funciones y relaciones de los poderes públicos y sobre los derechos y deberes de los ciudadanos. En un enfoque sustancial, su sentido más profundo y su misión es organizar, en el marco del Estado-Nación, una coexistencia pacífica del poder y de la libertad.

CONSTITUCION ESCRITA: La forma escrita responde a razones de técnica organizativa del ordenamiento político, y tiende a asegurar una estabilidad de las estructuras políticas. La forma escrita tiene un significado instrumental respecto de la ideología de la que el ordenamiento constitucional es portador, y frecuentemente ha desembocado en las llamadas constituciones-programa, que contienen un conjunto de directivas específicas a cumplir en corto, mediano y largo plazo; y ha producido también un desarrollo de disposiciones económicas y sociales que exceden el marco de las normas sobre repartición y uso del poder político.(Fuente: Arnoletto, E.J.: Glosario de Conceptos Políticos Usuales, Ed. EUMEDNET 2007, texto completo en http://www.eumed.net/dices/listado.php?dic=3)

De la historia de la génesis de las dos importantes Constituciones de México (1857 y 1917), la primera redactada posterior a la consumación de la Independencia del país, del colonialismo español; y la segunda, que actualmente nos rige (5 de febrero 1917), supuestamente, poco antes de la consumación de la Revolución Mexicana (27 de septiembre 1921). Una vez constituido el país como Estados Unidos Mexicanos, se ha escrito mucho y hemos, la mayoría de los mexicanos, leído poco de la historia. Pero definitivamente, para estructurar dichas leyes que han “regido la vida socio-política del país, se ha convocado a personas con gran capacidad jurídica y social: Los constituyentes. La que nos rige hasta la fecha, es la de 1917, la cual ha “sido violada” o intentan violarla cada sexenio; la pobre carta magna no se ha librado de esos políticos que la degradan, que adornan estos intentos “con oropeles sensuales” que también seducen a una ciudadanía poco informada, para lograr un oculto interés de cada gobernante y su camarilla en turno. 

Actualmente, tal parece, que el mamotreto de veinte propuestas del presidente (propuestas que son un lobo feroz, disfrazado de cordero), lleva de fondo, como interés principal “derrocar al poder judicial”, desestabilizar uno de los tres poderes establecidos en la actual Constitución, y poner a “elección” para que el “pueblo letrado” elija a los ministros, sin importar su preparación académica y meritoria para ocupar el importante puesto de ministros de la Suprema Corte de Justicia de México y también a funcionarios del INE, entre otras instituciones autónomas; o desaparecerlas o sujetarlas a la sumisión del poder ejecutivo en contubernio de una mayoría del legislativo (tal como la anterior, ahora, ex dictadura perfecta del PRIorato, actualmente reencarnado en el Lopezobradorismo). Instituciones que si no han sido perfectas, se pueden, con voluntad gubernamental, perfeccionar y no destruirlas. 

La intención de poner a elecciones  a una “asamblea del pueblo” tal como en Cuba u otros países comunistoides, como la ya activada militarización del país, traspasando el mando del ejército nacional, a la SEDENA y prácticamente desapareciendo los mandos policiacos civiles. Por supuesto que la corrupción y la inseguridad (binomio inseparable) imperantes, antes y actualmente, sigue. No se ha incidido o no han tenido voluntad los gobiernos de combatirla a fondo, sino que desde siempre y actualmente (no es la excepción) ha existido el contubernio con casi la mayoría de los gobiernos. Para ellos, los malandrines, que son seres inhumanos, abrazos no balazos. Para el ciudadano común, el miedo y la zozobra.

Por supuesto que el lobo disfrazado de cordero presenta propuestas atractivas para el común de los simples mortales, a cierto porcentaje de gente acostumbrada a las dádivas, sin el más mínimo esfuerzo, que no están acostumbrados  a los apoyos subsidiarios, al esfuerzo del trabajo y de la meritocracia. 

Pero también ese lobo disfrazado (homo hominis lupus), lleva propuestas buenas, que nadie se negaría a ellas, como: disminuir el número de congresista (la mayoría huevones hasta para leer la constitución), reducir los subsidios a los partidos y eliminar de las curules a los senadores y diputados plurinominales sempiternos y heredadas, la mayoría de las veces a dinastías de familias (“familia siciliana”) políticas, disminuir el numero de regidores y los altos sueldos (cobra dioquis, la mayoría). Desgraciadamente ese no es el fondo, es en realidad un fondo evidentemente electorero, a poco menos de 4 meses de las elecciones del 2024 (la forma es fondo, y ¿por qué hasta ahora?). Por supuesto que los políticos, congresistas de todos los partidos, preparados (que le suba el agua al tinaco, tan siquiera una vez en su gestión como diputados o senadores), las analicen a fondo y se discutan (las 20 propuesta del mandatario), con conciencia Republicana y no al “me acomodo a modo, si el agua llega a mi molino”. 

La Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a 107 años de redactada, donde se han plasmado los principios de las funciones y relaciones de los poderes públicos y sobre los derechos y deberes de los ciudadanos, ha sido modificada en mas de 300 ocasiones, manoseada y violada “n” número de veces, por la mayoría de los políticos encumbrados en cada periodo que gobiernan. Esto me recuerda que, hace poco un legislador chileno (diputado Gaspar Rivas. 2023), en un proyecto de reformar la Constitución de su país, mencionó una frase, (misóginamente modificada), así se expresó: “A esa señorita Constitución hay que violarla todas las veces que sea necesario”. Frase atribuida a Don Diego Portales (Santiago de Chile 1793- asesinado en Valparaíso, en 1837) vicepresidente de la República de Chile del 18 de sept.1831 al 26 de mayo 1833.  La frase original es: “esa señora que llaman la Constitución, hay que violarla cuando las circunstancias son extremas. Y ¡qué importa que lo sea, cuando en un año la parvulita lo ha sido tantas veces por su perfecta inutilidad”. 

Agregaría: Inutilidad propiciada por los mismos políticos, que primero la “manosean” y después la visten a modo, pero no la respetan”. Y otros se burlan: “No me salgan con que la ley es la ley”… “AY GÜEY”. 

Una recordadita de 2 artículos Constitucionales: Art. 128.- Todo funcionario público, sin excepción alguna, antes de tomar posesión de su encargo, prestará la protesta de guardar la Constitución (agrego: no de guardarla en los trebejos, y sin leerla) y las leyes que de ella emanen”. (Para las funciones del ejército lean el Art. 129 o toda la Constitución).

Sobre la inviolabilidad de la Constitución. Art. 136.- Esta Constitución no perderá su fuerza y vigor, aun cuando por alguna rebelión se interrumpa su observancia. En caso de que por cualquier trastorno público, se establezca un gobierno contrario a los principios que ella sanciona, tal luego como el pueblo recobre su libertad, se restablecerá su observancia, y con  arreglo a ella y a las leyes que en su virtud se hubieren expedido, serán juzgados, así los que hubieren figurado en el gobierno de la rebelión, como los que hubieren cooperado con ésta.

¿Por qué Constituciones como la norteamericana o la inglesa, que son centenarias, continúan vigentes? 

Porque ha existido continuidad en sus procesos políticos con los cambios correspondientes, generalmente profundos, que les han proporcionado estabilidad política y social.* 

Que lo averigüe, (no) Vargas, sino nuestros (No) ilustres políticos. Que hagan su tarea… “Chingados huevones”. Perdón flojos (en lenguaje xóchitleco).

raulhcampag@hotmail.com 

XRaulHectorCamp1 

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