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Hoy en día un candidato en campaña no tiene que preocuparse por dar publicidad a sus méritos políticos y administrativos para convencer a los ciudadanos de que voten por él. Las campañas modernas, sobre todo en lo que toca a los debates, se basan en asegurar a los cuatro vientos que el otro, el que aspira a la misma posición, es un candidato inmoral, ratero, holgazán, sinvergüenza, en resumen, un corrupto.
El que acusa no tiene que ponerse a buscar pruebas de lo que dice. Y tampoco preocuparse por una demanda por calumnia y difamación. Ni el fiscal ni los iueces gastarán el tiempo en armar procesos para los que probablemente no existen documentos probatorios. Además, saben que las campañas son para esto: para intercambiar insultos. Es seguro que el candidato que lanza los cargos, está siendo acusado de lo mismo por el candidato de otro partido.
Lo curioso es que la mayor parte de los ciudadanos ayudan a mantener este juego sucio porque no sólo dan crédito a lo que oyen sino que lo refuerzan con expresiones como éstas: Todos los políticos son iguales, todos se hacen ricos en el servicio público, todos hacen negocio con el presupuesto, todos, todos, todos. No le dejan hueso sano a ninguno.
¿Alguna vez aprenderá la gente a analizar con desapasionamiento a los políticos de su época?
¿CREERLE A COLOSIO CHICO?
Hace 31 años que el licenciado Luis Donaldo Colosio cayó asesinado en Tijuana. No pocos políticos habían construido sus carreras políticas confiados en que al arribar Luis Donaldo a la Presidencia, no habría meta que no pudieran conquistar. A uno de sus más cercanos amigos, Manlio Fabio Beltrones, los sonorenses lo veíamos claramente enfilado a la Presidencia, detrás de Luis Donaldo.
Ahora el hijo de aquel que se formó en “la cultura del esfuerzo”, asegura que Beltrones no fue verdadero amigo de su padre. Colosio chico tenía, al quedar huérfano, 31 años menos que ahora. A su edad de entonces, ¿le confiaba su padre secretos sobre sus relaciones de amistad? Y si alguna vez lo hizo, ¿entendería la confidencia el joven muchacho?
Es bien sabido que muchos, con razón o sin ella, han perseguido fines políticos con el pretexto de haber estado cerca del licenciado Colosio. Por ejemplo, su hijo.
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