La presa El Novillo fundamental para el suministro de agua potable a la población y a la industria en Hermosillo, se encuentra al 13.5 por ciento de su capacidad, un nivel crítico que pone en riesgo hídrico a la región, según se revisan los datos ofrecidos por el Organismo de la Cuenca Noroeste de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
A pesar del publicitado plan hídrico del gobierno de Durazo, esta situación se replica en todo el sistema de presas en Sonora, que almacenan solo el 11.4 por ciento de su capacidad, registrándose hasta este sábado 13 de abril de 2024, un nivel de 981 millones de metros cúbicos de agua en reserva.
De nombre oficial Plutarco Elías Calles la mayor presa de Sonora es de las principales fuentes de agua para el centro del estado, aportando el suministro de un 25 por ciento del consumo total. Sin embargo, junto con la presa Álvaro Obregón o El Oviáchic, se encuentran en este momento en condiciones extremas de extracción, afectando a todas las actividades económicas y al consumo doméstico que representa aproximadamente el 50 por ciento en la capital y el 20 por ciento en Ciudad Obregón, lo que perjudica el bienestar de centenas de miles de hogares.
Conagua señala que el 98.6% de los municipios de Sonora experimentan algún grado de sequía, con 30 localidades en categoría de sequía extrema y 24 en condiciones excepcionales. Este panorama se refleja en el resto del territorio estatal, con una significativa área afectada por sequía severa, moderada y condiciones anormalmente secas.
Ante la posible exhaustividad de las presas, Nicolás Pineda Pablos, investigador del Colegio de Sonora, advierte que el 70% del agua restante para Hermosillo proviene de acuíferos subterráneos, una fuente que también enfrenta riesgos de sobreexplotación. Pineda Pablos explica que la dependencia creciente de estos mantos acuíferos podría llevar a una mayor degradación de la calidad del agua, dado que a mayor profundidad, más minerales y metales pesados pueden contaminar el recurso vital.
Esta situación crítica pone de manifiesto la urgencia de buscar soluciones sostenibles para la gestión del agua en Hermosillo y las ciudades del sur de Sonora, especialmente con la temporada de recarga de las presas prevista para julio o agosto, aunque esto no garantiza una solución a largo plazo.
Al Ovicachic le extraen cada ciclo agrícola triguero de diciembre a abril, mas de 1 mil millones de metros cúbicos de agua desde el Novillo y La Angostura, para cosechar en mayo 1 millón de toneladas, esto es mil litros usados de agua del río Yaqui, para producir un kilo, lo que es una barbaridad ya que ni tan siquiera el trigo es para hacer pan y tortilla, saciar el hambre del pueblo, si no que el 70 por ciento es para exportación para hacer pastas y macarrones, (Trigo cristalino duro) y para el forraje porcícola, todavía el 20 por ciento restante se destina a las fábricas de la Nestlé, la Kellogs, la Quaker y la Pepsico.
En Ciudad Obregón por estos tiempos se ponen a rezar con los padrecitos, para que llueva, y volver a sembrar el trigo el proximo ciclo en las macro extensiones agrícolas en renta y propiedad de fervorosos católicos mega productores de trigo y dueños de invernaderos, mientras a la gente de las colonias populares le suspenden el servicio el Oomapasc de la cuata tanfomachón por que deben dos meses atrasados de agua potable.
Los mega agricultores que siembran trigo después de que se acabaron el agua en la costa de Hermosillo y en la planicie del sur de Sonora, todavía quieren que les suban el subsidio gubernamental por que no van a tener márgenes altos de ganancia ante los precios bajos en la cotización internacional.