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De niño me dijeron mis padres que desde que nací anda noche y día junto a mí un ángel, el Ángel de mi Guarda, encargado de protegerme. En dos o tres ocasiones en que estuve en aprietos que no les contaré aquí porque me quemo, las cosas se arreglaron como por un milagro y sospecho que fue por intervención de mi Ángel.
Pero lo que ocurrió el domingo no se quedó en sospecha, fue cien por ciento convincente. La computadora había funcionado bien y al filo del mediodía comenzó a apagarse, yo reiniciaba y vuelta a apagarse, y al fin se apagó y no volvió a responder a mis esfuerzos. ¡Y la hora del debate estaba a minutos de comenzar!
Estoy seguro de que no pocos amigos y amigas me habrían hecho un campito junto a sus televisores para que viéramos juntos el debate. Pero no llamé a ninguno, y me quedé tranquilo porque de repente comprendí quién me había impedido ver el debate: ¡mi Ángel de la Guarda!
¿De qué me salvó ese bendito espíritu? Primero, del aburrimiento. Más de dos horas escuchando sandeces es un peligro para la salud. Segundo, me salvó de estar viendo y oyendo a esa mujer desagradable llamada Xóchitl, y al cínico que no sé qué hace ahí, disfrazado de candidato del MC.
De modo que este domingo fui bienaventurado gracias al Ángel que anda siempre a mi lado protegiéndome de amenazas, peligros, tipos enfadosos, cobradores y debates. ¡Gracias!
QUE SE EXTIENDAN LAS HUELGAS
No esperaba el doctor Armando Moreno Soto, según su declaración de hace unos diez días, que le fueran a hacer huelga sus maestros en la Universidad del Estado. Pero la hicieron, la primera en la corta vida de esa institución.
Las huelgas parece que se propagan por la vía del contagio. Ya deberían estar entregados los hombres de ciencia a la búsqueda de una vacuna que, aplicada a los docentes de la educación superior, les mate el virus de la huelga.
Pero han de tener cuidado y no equivocarse cuando apliquen la vacuna. Que no se la pongan a los candidatos en campaña. Esos sí, ojalá que se pongan en huelga. Con que se envuelvan en banderas rojinegras de aquí al último día de mayo será suficiente.
carlosomoncada@gmail.com
