El pasado 31 de Julio cumplí 75 años de existencia. Quién lo hubiera pensado.
Siete décadas y media de navegar contra marea, primero, salvando obstáculos de sobrevivencia, después, persiguiendo sueños fuera de límites, luego, enfrentando a los hados malos del destino, la penitencia de pecados contraídos, y después, planear la despedida en las décadas por venir, salvo orden divina en contrario.
Confíesome padre que he ofendido a propios y a extraños, qué no he sabido ser el ser perfecto que requiere la gloria, que perdí fortuna por perseguir utopías vestidas de mujeres envueltas éstas en poesías y canciones. Que fui victima de pecados capitales, municipales y locales que, por ello las golondrinas que aleteaban sus alas en mis cristales empañados de nostalgia, partieron sin rumbo hacia el olvido.
En fin, en el corte de caja aún hay muchas cuentas por pagar, hace tiempo el departamento de quejas se ha cerrado y si el arrepentimiento no es suficiente como penitencia y el presente no puede revertir el pasado, esperaremos estoico el juicio de la historia.
Ya en cristiano, dejando el Arameo para mejores fiestas. Estoy satisfecho por lo vivido, por mis errores, por mis aciertos no importa donde se incline la balanza. Doy gracias por mis hermanos geométricos (ya que no tengo de sangre) por mi queridos amigos en mis contados dedos, por mis hijos que perdonan mis errores por el solo hecho de recordar que yo les di la vida (espermatozoidemente hablando) y a pesar de ello, me brindan respeto y amor inmerecido.
Les comento que me queda poco amor y no lo pienso gastar en celos. Al los que he ofendido, queriendo y sin querer, una sincera disculpa en busca de perdón, a los que, a pesar de esto, aún me permiten el honor de ser odiado, no esperen de mi por esto represalia, pero no se pasen de la raya jeje. ¡Amor y Paz!
Gracias, a quienes hicieron de este cumpleaños una fecha inolvidable, con pastel de chocolate, dos velas numéricas de tres cuartos de vida, regalos, hechos que cobran los que no tuve en mi infancia.
Solo es viejo el que no cree que los sueños se hacen realidad y yo aún tengo muchos.
Los abrazo agradecido. ¡feliz cumpleaños… a mí!