Hermosillo, la ciudad capital del Estado, es intransitable desde hace cuando menos un año. El Ayuntamiento, el que más gasta en publicidad, lo cual es explicable porque el presidente municipal ya hace campaña para llegar a ser gobernador del Estado, no encontró, o no buscó, expertos en tránsito que diseñaran un plan para parchar los baches y reponer líneas de agua y drenaje de manera ordenada. Dar fin a las reparaciones de un sector, abrirlo al tránsito y cerrar otro sector aunque dejando entradas y salidas de emergencia, habría sido lo ideal, es lo que suelen hacer en otros países.
Abren zanjas por aquí y por allá, sin previo aviso, las dejan abiertas varios días, de manera que si usted sale de casa a su trabajo sin problemas, no está seguro si por la tarde podrá volver a su domicilio sin encontrar el obstáculo de las zanjas o una cadena que impide el paso.
Quién sabe cuántos edificios públicos y particulares han sido dañados. El muy hermoso del Instituto Sonorense de Cultura, frente al monumento a don Miguel Hidalgo, tuvo que ser evacuado esta semana porque los taladros de los obreros lo pusieron en peligro de caer. Entiendo que todavía no hay un dictamen profesional sobre el alcance de los daños.
El mercado municipal, otro inmueble antiguo de Hermosillo, ha sido sometido a reparaciones durante meses que se antojan interminables. A los habitantes de esta ciudad no nos queda más que aguantarnos. Las previsiones debieron tomarse a tiempo. Lo único que ha previsto el Ayuntamiento es el pago de la precampaña del alcalde para 2027. Algo es algo.
QUÉ ME DICE DE LOS ANIMALES
Cuando comencé a aventurarme en el Facebook, apareció en mi muro el diálogo de dos amigas. Una contó que al entrar al baño de su casa se topó, horrorizada, con enorme alacrán en el piso. Su primer impulso fue matarlo con una chancla pero reflexionó y se fue por un palo y un frasco de cristal y volvió. Hizo que el alacrán se prendiera del extremo del palo y pudo encerrarlo en el frasco. Los animales son creaturas del Señor y se les debe quitar la vida. Llevó el frasco a una fuente de Villa de Seris o Piedra Bola, le quitó la tapadera y dejó allí al alacrán vivo. “Hiciste muy bien, manita”, escribió la otra amiga.
Por pura diversión agregué yo al pie de lo narrado: “Hoy paseaba por Villa de Seris y me apoyé en una fuente para descansar. De repente me estremeció un terrible piquete y no supe qué lo había causado. Ahora lo sé”
El proyecto de ley para proteger a los animales ha despertado opiniones a favor y opiniones en contra. Las estudiaré antes de opinar. Por lo pronto, mi perro “el Quadri”, tiene prohibido salir a la calle.
carlosomoncada@gmail.com