Apenas ayer planteamos la pregunta “¿será éste el sexenio de las mujeres?”, que por obvias razones había que responder con una contundente afirmación, y ayer mismo quedó confirmada en la mañanera número 2 de la presidenta Sheimbaun. Para comenzar, el escenario de la rueda de prensa estuvo en manos de mujeres de principio a fin, salvo el momento en que varones del personal de servicio, no políticos ni funcionarios, aparecieron con una mesa necesaria para que firmara la mandataria.
Además, las noticias que dio a los periodistas estuvieron siempre encaminadas a mejorar la situación jurídica de las féminas. Promoverá iniciativas para reformar cuatro o cinco artículos de la Constitución y se publicará un folleto, de distribución amplísima en todo el país, con los derechos que tienen las mujeres y las instancias a que deben acudir en caso de que no se les respeten.
En cuanto a las reformas constitucionales, me parece que la igualdad de género y otros derechos ya se encuentran protegidos por las normas tal como están, pero las aclaran y confirman las modificaciones para evitar de plano posibles equívocos. En cuanto a la cartilla con la que se difundirán los derechos mujeriles, se supo que la titular de la Secretaría de la Mujer, Citlalli Hernández, cometió el error de omitirla en su primera intervención, y corrigió gracias a una discreta llamada de atención que le hizo la jefa presidenta.
Y aquí es el momento para explicar el título de mi columna de hoy. La secretaria Hernández debe andar por el mundo con unos 30 kilogramos de sobre peso, igual que otra señora notablemente gorda que estuvo a su lado y que no identifiqué por su nombre. Que sean gordas no tendría mayor importancia pero no se ven bien junto a la estilizada y elegante figura de la Presidenta. Como ciudadano criticón que aspiro a que este gobierno se acerque a la perfección, suplico a estas funcionarias que se sometan cuanto antes a severa dieta de adelgazamiento.
Ha estado muy bien la Presidenta al responder a las preguntas de los reporteros. La detallada explicación sobre los daños registrados en Guerrero demuestra que la gira que realizó para apoyar a la población fue minuciosa y oportuna, y fue muy fina su breve alusión al español estúpido que la llamó “ignorante”. Es de notarse también el cariñoso respeto con que sus colaboradoras la llaman “presidenta Claudia”, sin el tratamiento rígido de “señora Presidenta”.
En fin, seguiré atento a estas ilustrativas mañaneras.
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