Tenía cara de asustado el joven Emilio Azcárraga Jean en aquella entrevista que Jacobo Zabludovsky hizo a su papá, el famoso Tigre, para anunciar su retiro de Televisa y presentarlo como su sucesor. Esto ocurrió en 1997, fallecería poco tiempo después. Dejó encargado al cachorro al presidente Ernesto Zedillo, a Carlos Slim y a otros personajes, según me confiaría el gran Jacobo.
La empresa tenía problemas financieros, pero una gran fuerza política, fue horno de presidentes hasta un tiempo tan reciente como el de Enrique Peña Nieto.
El hijo de El Tigre no salió pintito, sino despintado.
La semana pasada Televisa informó a la Bolsa Mexicana de Valores que su presidente ejecutivo tomó una licencia a la espera de los resultados de una investigación en Estados Unidos relacionada con cochupos millonarios con la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA).
La compañía tuvo pérdidas en el valor de sus acciones por mil 800 millones de pesos.