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¿Qué me gustó más del informe de la Presidenta sobre sus cien días de gobierno? ¡Todo! De entrada, su observación lógica sobre la tonta versión de que López Obrador sigue mandando. El gran Peje construyó el primer piso de la Cuarta Transformación y ésta no se detiene, Claudia Sheinbaum está construyendo el segundo piso. La 4T va adelante, no hay espacio para el retroceso. El programa de becas se convierte ahora en un mar de becas para los estudiantes desde primaria hasta el nivel de Educación Superior.
El salario mínimo aumentó en 12% y seguirá creciendo. Quedó atrás el truco patronal de que el aumento provocaba inflación y disminución de inversiones. Pronto, con lo que se puede adquirir una canasta básica será posible adquirir dos porque la canasta ha bajado de precio. Se reconoce sin reticencia el trabajo que la mujer mexicana desarrolla en el hogar. Junto al programa de Bienestar habrá farmacias Bienestar en las que enfermos pobres recibirán medicamentos gratuitos.
La Presidenta defendió con ardor la reforma del Poder Judicial que por un camino democrático combatirá la corrupción, sin fingimientos “al estilo Zedillo”, que cambió a los ministros de la Suprema Corte para imponer a los que autoritariamente le vino en gana..
Fue conmovedor su mensaje para los hermanos y hermanas que no olvidan a sus familias ni a su patria, y mandan respetables sumas del dinero que ganan en los Estados Unidos; aun así buena parte de los sueldos que ganan como trabajadores del campo, de la construcción, de la cátedra, se queda en los Estados Unidos por medio del consumo y de los impuestos.
Digna es la relación con el vecino país. La Presidenta evocó páginas de la historia de ejemplar amistad, inclusive la que reinó en la primera mitad de la presidencia de Trump. Por encima de todo, fue hermosamente enfática al colocar por encima de todo, el baluarte de nuestra soberanía. Lamentó la tragedia registrada en Los Ángeles y elogió al grupo de mexicanos que se encuentra allá, ayudando fraternamente a las víctimas del incendio.
Desde el apartado rincón en que trabajo, le agradezco su mensaje optimista y su exhortación a no rendirnos. Esto, jamás. Y menos ahora que creo en usted, señora Presidenta.
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