La crisis económica, ha provocado el incremento de la incorporación de niñas al mercado laboral, fundamentalmente en el sector doméstico y el informal en general, alejando a ese sector aún más del acceso a la educación, coinciden expertos y organizaciones internacionales como la OIT y Unicef.
En el marco del Día Internacional contra el Trabajo Infantil que se conmemora este viernes, la Secretaría del Trabajo resalta la importancia de endurecer las leyes para castigar con prisión de 1 a 4 años y multa de 250 a 5 mil veces el salario mínimo general a quien incurra en explotación laboral de menores, pues de acuerdo con cifras oficiales, en México trabajan más de 3.5 millones de niñas y niños entre 5 y 17 años de edad, de los cuales cerca de un millón 200 mil son mujeres (100 millones en el mundo).
Las niñas en el referido grupo de edad que realizan alguna actividad en el sector agropecuario, superan las 140 mil, en la industria manufacturera son más de 200 mil, en la construcción cerca de mil 500, en el comercio el medio millón y en servicios 400 mil.
Sin paga, el 70%
En México, 70% de los menores que trabajan no reciben una remuneración y 19% carecen de paga diaria, denunciaron organizaciones defensoras de los derechos de la infancia.
Exigieron al gobierno federal destinar recursos para erradicar la explotación laboral infantil y reforzar los programas sociales a fin de garantizar que los menores concluyan sus estudios.
La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) criticó que en el país, niños y niñas trabajadores sufran violaciones a su integridad física y mental.
Alertó que la pobreza es el factor principal que orilla a los pequeños a trabajar para cubrir necesidades familiares.
En la declaratoria contra la explotación infantil que firma un colectivo de 63 organizaciones, entre las que se encuentra Ririki, Fundar, Caminos Posibles, entre otras, exigieron el cumplimiento de lineamientos internacionales como el establecimiento de un Comité Nacional de Erradicación del Trabajo Infantil, un plan nacional de acción en la materia, detección de trabajos y zonas peligrosas.
Nashieli Ramírez de Ririki Intervención Social, aseveró que de las peores formas de explotación infantil es la que sufren los menores que trabajan en ladrilleras y como pepenadores ya que sólo en la zona metropolitana del valle de México aproximadamente 2 mil pequeños trabajan en este sector.
“Estos niños están expuestos a infecciones por el uso de aguas negras; quemaduras por su exposición al sol y los hornos, y a intoxicaciones por la contaminación que desprende el diesel y aceite quemado que se utiliza en la elaboración de ladrillo”, dijo.