BARANDILLA: Le regalan auto

Quería moto; le dieron auto
Bajo los efectos de un estimulante y en estado de ebriedad iba Marco Antonio Servín Ayala (28) empujando una motocicleta en el bulevar Colonial.
No la prendió, el muy vivillo, para que no hiciera ruido. Ése fue el detalle que atrajo la atención de los perspicaces agentes de policía que patrullaban el lugar.
-Fíjese pareja –dijo el policía 1 -. Algo huele mal.
-Pues báñese –contestó el policía 2.
-No, pareja, me refiero a ése que va empujando la moto.
Aclarado el punto, se acercaron a Marco Antonio quien confesó que se había robado la moto y que la quería para pasear a su novia Cleopatra. Sí Chuy.
El buen Marco Antonio ahora está feliz. Quería moto y le dieron un auto… de formal prisión.

Roban a belleza
Mónica María frecuenta el gimnasio que está en Nuevo León y Allende, propiedad del sultán Karim García.
Allí, envuelta en su delicada ropa deportiva, se esfuerza diariamente para que no aparezcan las llantitas, la celulitis, la pella y todas esas cosas que sí tienen sus amigas pero ella no (eso dice).
Así estaba, un dos tres, un dos tres, mientras afuera un individuo deconocido abría el automóvil Ford Ikon de Mónica y sustraía del interior un bolso donde ella guardaba los cosméticos que se aplica para verse más bella aún.
La bolsa contenía además papeles, 700 pesos, tarjetas bancarias y todas las cosas que una mujer guarda en su bolso, incluyendo la foto de Juan Querendón.
Todo eso se llevó el tipo mientras Mónica veía su escultural figura en el espejo del gym. ¡Ah vanidad de vanidades!

Santo barandal
Sadrel Berna Villegas (26) iba llegando a un negocio de fierro viejo ubicado en Cardenal y CTM, cuando le cayeron los jenízaros.
-¿De dónde agarraste ese barandal? –le gritaron.
-¿Cuál barandal? –contestó Sadrel quien en ese momento se dio cuenta de que llevaba un barandal metálico entre sus manos.
-¿Qué es esto, cómo llegó a mis manos, es un mensaje divino? –se preguntó consternado y miró al cielo buscando una respuesta.
Pero como los agentes son bien vivos no creyeron el drama que armó Sadrel, sabían que lo había hurtado de la casa de Dolores González Rodríguez en la calle Cisne 730.
Ahora Sadrel tiene otro barandal entre sus manos, pero éste sí está pesado y no puede separarlo de la pared. Es delito ser pobre
Juan Francisco (14) caminaba tranquilamente por las calles de la colonia Libertad. Iba a su casa donde lo esperaba una modesta pero reparadora cena. Eran las nueve de la noche.
Así iba, pensando en la morrita que acababa de ver cuando de repente ¡palo perico!, le cayeron los genízaros.
¿Por qué?, se preguntará el lector. Y es la misma respuesta que nos hacemos nosotros. Según el parte policiaco lo detuvieron porque llevaba entre sus ropas una punta de acero y seis tuercas.
¿Y? De cuando acá es delito cargar seis tuercas, o una punta de acero que seguramente la quería Juan para hacer hoyitos en el suelo y jugar a las canicas.
Seguramente el delito de Juan es ser pobre.
¿O por qué no detienen a todos los empistolados que circulan en lujosos carros por las calles céntricas de la ciudad?