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Lunes 25 de Nov de 2024
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BARANDILLA: Vuelve la maldad

Por Tito Quiroga
Lunes 11 de Junio de 2007
 
Arrestan a striper
El Chuco de la Miravalle, alias Roberto Chávez (35), siempre ha soñado con ser striper. De hecho en sus solicitudes de trabajo se describe a sí mismo como un cuero seductor de chicas, bailarín irresistible y cachondo. Eso dice él.
Pero la opinión de las damas es muy diferente, y eso quedó demostrado este fin de semana cuando se exhibió como Dios lo trajo al mundo delante de una muchacha de la calle Valle de Cócorit.
Totalmente bichi empezó a mostrarse frente a la jovencita y cuando empezó a bailar la chica pegó de gritos. El Chuco creyó que era de la emoción, ¡no!, no estaba emocionada sino pidiendo que llamaran a la policía para que se llevaran a ese adefesio de cuerpo gelatinoso.
El Chuco ni en cuenta, él seguía bailando, un pasito a la derecha, pompi parada atrás y adelante, turbarse más era su intención y en ésas estaba cuando llegaron los gendarmes.
El Chuco pensó que llegaban para bailar con él, como en el Show de Chipindale, pero no, cuán equivocado estaba, los policías tienen prohibido hacer strip tease cuando trabajan.
Iban por él y se lo llevaron, no sin antes obligarlo a que se pusiera la ropa para evitar riesgos innecesarios. No vaya a ser, dijo un gendarme.

El Renato asalta mercería
La mercería “Ángeles” de la calle Luis Alcaraz en la colonia Cajeme fue asaltada por “El Renato”, fichado en el registro civil como Gabriel González Campillo (29).
Todo ocurrió este sábado cuando la empleada Reina Valderrama se encontraba detrás del mostrador contando botones, hilos, agujas, zippers y cintas de celofán, mientras en el radio se escuchaba la sensual voz de El Chikirinais anunciando la próxima canción.
¡Ah, qué bonita hubiera sido la tarde si no hubiera entrado El Renato a la mercería!
Allí se acabó el encanto del atardecer porque el hombre apareció con cuchillo en mano y más drogado que un chofer de transporte urbano.
¡Déme toda la lana! -ordenó El Renato arrastrando la voz – Oooooraleeee carnalaaaa, cáigase con todo.
Y Reina se dejó caer.
-No sea paaayaaaasa –dijo el sujeto –Cáigase quiere decir que me deeé el dineroooo.
-¿Cuál dinero si apenas he vendido dos botones y un aguja? –contestóle la empleada.
-Aaaah, entonces vuelvo más tarde –dijo El Renato, dio la media vuelta y salió a la calle. Afuera lo estaban esperando dos gendarmes quienes le hicieron una amable invitación a abordar la patrulla que lo llevaría a hospedarse en un edificio de calle 300 y Jalisco.

Lo dejan sin música
Lo que más quiere Sergio Guerrero es el equipo de sonido de su automóvil.
Todos los días cuando va y viene del trabajo escucha su música favorita, puro Intocable y Dady Yankee, yeah yeah, alucina con Panda y sueña con Shakira, si anda romántico pone el C.D. de Ricardo Arjona, si nadie lo mira baila como Miguel Bosé y exhibe su look cha cha cha.
Pero este sábado, cuando salió de su turno en la maquiladora, ¡oh sorpresa!, el autoestéreo había desaparecido y una prueba de que no se había ido solo era el cristal quebrado en la ventana de su carro.
¿Oh, y ahora, quién podrá ayudarme? –dijo Sergio a punto de llorar.
-¡Yo! –gritó un agente de seguridad que trabaja en la maquiladora y quien luego luego llamó a la policía para que tomara nota del asunto. – No contaban con mi astucia –dijo el guardia.
Ahora Sergio tiene todos los años que le restan por vivir para esperar a que le devuelvan su estéreo.
Porque si algo es difícil en este mundo es que la policía recupere los autoestéreos robados. Los “preventivos” no saben quiénes son los que roban, dónde venden lo robado, quién se los compra y otros datos del mercado negro.
Eso no lo saben los policías, por eso Sergio como muchos otros ciudadanos sigue esperando a que recuperen su aparato musical.
Mientra tanto puede aprender a cantar para que no se aburra cuando va al trabajo.

Lo que un día fue ya no será
Un muchacho muy gacho es el Beto Camacho, quien fue acusado por su esposa de haberla golpeado.
Ella es Lupita y es una santa, muy buena persona, pero su error fue haber conocido al Beto cuando ambos eran solteros.
Entonces él era muy cariñoso, le llevaba regalos y a ver dígame de quién es esa trompita, de quién son esos ojitos, dígame quién la quiere…
Pero ya que se casaron y el Beto consiguió lo que quería, es decir, casarse, pues sacó a relucir al gorila que todos los hombres llevan dentro (menos los lectores de esta columna, ellos sí son decentes).
Y por cualquier pretexto ¡rájale! le tunde a la noble Lupita. “Y ésta es porque no me hiciste sopita cuando andaba crudo, y toma esto por no decirme mi amor, y ésta otra por la derrota de la selección ante Honduras!...”
Así hasta que Lupita se armó de valor y llamó a Seguridad Pública. Luego luego llegaron los agentes, detuvieron al Betón quien pidió llorando a su mujer que lo perdonara porque él la quiere mucho.
Pero ella no se conmovió.
Ahora nada ni nadie podrá hacerle daño a Lupita.
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