Todo parecía normal en esa despedida de soltera que se celebraba en Providencia.
Las chicas hablaban de todo, de mariditos irresponsables, de niños preciosos, de telenovelas y, por supuesto, de lo mal que se le veía la minifalda a una que se levantó de la mesa para ir al tocador. "Tiene piernas de pollo", dijeron a sus espaldas.
Otra le dijo a una recién llegada:"Amiga, estás más delgada", y luego se oyó un murmullo: "...Más delgada que una vaca".
Y así transcurría la reunión entre queridísimas amigas, cuando una de las invitadas se dio cuenta que había desaparecido su bolso de mano en el que llevaba dinero, lápiz labial, pintura de ojos, rizador de pestañas, tarjetas, un paquetito de kleenex, un pañuelo, un cepillo de pelo, un amuleto para la buena suerte, pastillas y medicinas, un juego de llaves y otras chacharitas para lo que se pueda ofrecer.
De inmediato la dueña del bolso empezó a buscarlo aquí y allá, hasta que lo encontró en las manos de otra mujer. Oh my God.
Acto seguido llamó a los uniformados, que al llegar pensaron que los habían contratado para streapers, pero no. Los llamaron para que detuvieran a la responsable del robo, lo cual hicieron de mal humor pues ya se imaginaban bailando como Village People... y nada.
La detenida reconoció su pecadito y dijo que pronto devolvería el dinero a la ofendida. Aúin así no escapó a una noche de soledad en celda preventiva.