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Hasta las siete de la tarde de ayer, hora a la que me retiré de la zona de fiestas, mi calificación para las de 2022 era de 100. No había actuado aún el discutido señor Nodal, pero sobre su actuación dejaré que opinen otros mejor enterados.
El Estanquillo de las Letras se honró con la presencia del poeta del Valle del Yaqui Juan Manz, escoltado por otro bardo de prestigio, Ismael Serna. Éste bordó una sólida introducción sobre la poesía y la narrativa de Juan y ambos se concentraron luego en las páginas de “Cotidinarios” con el prólogo de nuestro inolvidable Nacho Mondaca.
“En su libro Cotidinarios, escribe Nacho, el poeta Juan Manz Alaniz se ha propuesto contribuir a conservar la memoria: su memoria y la memoria colectiva que yace en su vital cotidianidad. Para sorpresa de sus lectores, lo hace especialmente desde la narrativa, un género en el que incursiona con la ventaja que le ofrece el manejo decantado de su vocabulario y la obstinada presencia del recuerdo en su entorno personal. La obra reúne, en varios apartados, crónicas personales, anécdotas de la infancia, cuadros de viaje y reflexiones sobre el quehacer literario mismo”.
Me permití elogiar, en el periodo de intervenciones del público, las notas de fino humor de estas piezas, en un tiempo en el que se empeñan los escritores en empapar su poesía en arroyos de desilusiones y pesimismo.
De El Estanquillo se pasaron los poetas cajemenses al palacio de gobierno para llevar al cabo una segunda sesión de exquisita literatura.
Aproveché la oportunidad para preguntarle a Ismael si sigue vivo en Ciudad Obregón el proyecto de convertir la Dirección de Cultura en Instituto. Sería formidable que lo hagan en este trienio.
En las Galerías, expusieron los miembros veteranos de la Asociación de Artes Plásticas como Nena Álvarez y Rito Emilio Salazar, de reconocidos méritos. No hallamos novedades de estilo o variantes notables en los temas. Una de las dos ancianas que pinta María Tarazón, por su expresión de congoja, me gustó. Es una lástima que hayan acordonado el conjunto de pinturas sin dar oportunidad a que se acercara la gran cantidad de personas que todavía en la tarde circulaban en el “mall”.
Como siempre, se volcó la multitud principalmente en la Plaza Zaragoza y alrededores y fue necesario cerrar los accesos a los vehículos. Los agentes de Policía y Tránsito sacaron bien la chamba.
Ha de haber despertado fatigada hoy la directora general del IMCA Marianna González, pero con la satisfacción de haber coronado con éxito sus primeras Fiestas del Pitic.
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