Veinte años después
Sergio Anaya
Lunes 01 de Octubre de 2007
Aunque no con la intensidad que se vivió en el centro y sur del país, Sonora también vivió el enfrentamiento entre el Estado mexicano y la iglesia católica, a fines de los veinte y principios de los treinta del siglo pasado.
Nada raro si recordamos que el país era gobernado por los revolucionarios sonorenses, obregonistas y callistas.
De aquella época, se recuerda que a Sonora vino el joven sacerdote Juan Navarrete como primer obispo de la entidad.
También en esa época el joven militar Antonio Ochoa vivió el enfrentamiento del otro lado, desde la posición del Ejército revolucionario.
Ochoa y Navarrete, militar revolucionario y obispo, enemigos alguna vez, se reencuentran una mañana de 1956 en la capilla de Esperanza. LA foto de esta sección es el testimonio:
Ochoa como padrino del niño Alfredo Mendoza que es confirmado por el obispo Navarrete.
Las heridas de la guerra cristera parecían cicatrizadas y olvidadas veinte años después.