A fines de la década de los cincuenta y principios de los sesenta, una agencia del D. F. plasmó en tarjetas postale aquellos aspectos que consideraba más importantes de las ciudades provinicianas.
Y cuando los representantes de esa agencia llegaron a Obregón se les ocurrió que lo más interesante en nuestra ciudad, considerada entonces como una de las más limpias y modernas del país, eran sus calles.
Así que convirtieron en tarjetas postales estas fotos que presentamos ahora y en las que se pretendió recrear la atmósfera citadina de Cd. Obregón. Intento fallido.