Durante la década de los sesenta y los setenta, La Fogata Norteña fue uno de los programas más populares en la radiodifusión cajemense.
Su conductor, Florencio Irineo, mejor conocido como Don Lencho, logró calar hondo en el sentir de la gente que lo adoptó como uno de sus personajes favoritos.
La Fogata Norteña se transmitía aquí a través de la XEOS Radio Campesina, aunque su producción original fue en Monterrey y se replicó en varias ciudades donde era conducido por locutores locales.
Entre los cajemenses, las noches de aquellos años invitaban a escuchar la radio, en invierno para escuchar el beisbol, y durante todo el año para disfrutar la música norteña cuando este género era digno y rico en intérpretes.
Quién no recuerda a los Alegres de Terán, los Gorriones del Topochico, Ramón Ayala, los Montañeses del Álamos, duetos, tríos y solistas que enriquecieron la cultura popular de los mexicanos.
Hoy la música norteña es un género pervertido por el mal gusto, por composiciones y arreglos que rayan en la estupidez y por la presencia de la narcocultura que difunden cientos de solistas, grupos y compositores de la peor clase de músicos que pueda haber.