La distribución de automóviles de la marca Chevrolet, incluido su célebre modelo Buick, estuvo a cargo en la década de los treinta de la Compañía Automotriz Sonora Sinaloa.
Huffaker distribuía Chrysler, después de haber sido en los primeros años de Cajeme el introductor de los automóviles Ford que ahora, en los prósperos treinta, estaba a cargo del empresario Alfonso R. Bours, recién llegado de Navojoa.
La Automotriz Sonora Sinaloa estaba ubicada en la esquina de Miguel Alemán (antes Nayarit) y No Reelección (antes Morelos). El gerente era el norteamericano Dwith Brown y uno de sus empleados en el área mecánica era don José Escobar Sagrera, una leyenda del beisbol de antaño y padre del actual Cronista de la Ciudad.