A principios de la década de los 1950s, Obregón aún no contaba con pavimento y cada lluvia dejaba grandes charcos y lodazales en las calles céntricas donde había lujosas residencias.
Como esta que alcanza a verse en la fotografía de hoy, residencia de la que aún quedan algunos restos.
La casa es la que se encuentra junto al edificio del Oomapasc, en la calle Sinaloa, y la foto fue tomada desde la banqueta donde hoy se instalan puestos de jugos.
A la izquierda se ve algo de la plaza que estaba donde hoy se encuentra un estacionamiento.