Aquella mañana de abril de 1972 las actividades en las prepas del Itson transcurrían con toda normalidad. En la planta baja del Edificio 2 el teacher Alberto Federico impartía su clase con académico inglés mientras los alumnos apuntaban en los cuadernos y silabeaban las pronunciaciones difíciles mientras otras frases en inglés, las de Little green bag (Carterita Verde), salían desde la rockola de El Centenario y llegaban hasta el aula.
De repente la apacible rutina se detuvo. Un coro de gritos juveniles empezó a subir de volumen y las clases se interrumpieron. Los que estaban en los salones salieron a los pasillos para ver de qué se trataba y lo que encontraron fue a un grupo de compañeros, entre veinte y treinta muchachos, que desde la explanada central del Itson gritaban consignas de protesta contra el entonces candidato del PRI a la gubernatura, Carlos Armando Biébrich, quien a esa hora compartía la mesa con un grupo de empresarios y políticos reunidos en el "aristocrático" Club Campestre.
A medida que subían sus gritos, el grupo salió del Itson y se dirigió a la esquina de las calles Chihuahua y 200 para lanzar desde allí sus consignas contra la burguesía, el PRI corrupto, Che Che Guevara.. Biébrich a la chingada...
Desde las aulas y pasillos el resto de los estudiantes seguían con curiosidad el improvisado mitin de protesta que se desarrollaba ya a mitad de la calle 200, frente a las narices de los guardias de seguridad que acompañaban al candidato.
De repente alguin gritó, se oyó un ruido metálico, como de arma accionada, y el grupo de estudiantes empezó a recular primero con cautela y después en plena estampida para internarse de nuevo en el Itson. El resto, los que estaban en las aulas y pasillos, hicieron lo mismo, buscaron refugio al escuchar varias detonaciones salidas desde el lugar donde estaban los guardias de seguridad (policías judiciales).
Enseguida cayó en la explanada la primera de varias bombas lacrimógenas que desde un carro en movimiento arrojaron unos tipos, al parecer del grupo de judiciales.
La confusión y el miedo se apoderó de los estudiantes y maestros. Empezó la estampida general. Por la calle Chihuahua no era posible salir porque allí estaban los judiciales.
Quienes estaban en los salones de la planta baja salieron de las aulas a través de las ventanas. Entre ellos, el teacher Federico apoyado en su único brazo, el izquierdo, y en dos solidarios alumnos que le ayudaron a subir y bajar por la ventana.
Entre las detonaciones de las armas y la lluvia de gas lacrimógeno, todos corrieron hacia los terrenos del viejo estadio "Álvaro Obregón". Desde los jardines hasta el home el trayecto se sintió demasiado largo para aquellas mentes juveniles en las que aún estaban frescas las historias del 2 de Octubre y el Jueves de Corpus.
Corrían con la garganta raspada, la asfixia amoniacal, los ojos llorosos y el horror de ver a uno de los estudiantes con una herida en el pecho, al parecer de bala (sí, después se confirmó que era una bala de goma).
Para la mayoría aquello fue un hecho incomprensible, por qué diablos nos atacaban así. ¿Sólo porque a un grupo de estudiantes expresaron su rechazo al candidato?
Y para la prensa, para la mayoría de lo que hoy se conoce como los "medios de comunicación", aquello fue una respuesta valiente a los estudiantes revoltosos que, movidos por intereses ocultos, trataban de entorpecer la campaña electoral del joven, fino y educado candidato priista.
Así fue esa mañana, cuando hasta los estudiantes y maestros más machos lloramos.
Lookin for some happiness
But there is only loneliness to find
Jump to the left, turn to the right
Lookin upstairs, lookin behind, yeah!