Hace casi cuarenta años, en 1976, las autoridades decidieron suspender permisos para instalar mesas de futbolitos en la ciudad.
El argumento de la prohibición era que estos juegos propiciaban la vagancia.
Hoy las maquinitas tragamonedas (minicasinos) están en cada tienda de la esquina; los casinos formales propician el extravío familiar de madres enviciadas con el juego... Y nadie hace nada.
Mejor veamos la nota periodística que dio a coocer este hecho:
"Los juegos de futbolitos que habían sido instalados en distintos rumbos de la población, serán suspendidos por acuerdo de las autoridades municipales a partir de este día.
"Ayer mismo el teniente Rubén Pablos procedió a visitar a los propietarios de los "futbolitos", para manifestarles que por orden superior ya no sería posible que siguieran funcionando.
"Así se lo hicieron saber al señor Javier Camacho Valenzuela, quien tiene instalado uno de esos juegos en las calles Donato Guerra y Gregorio Payro. Camacho dijo que presentará un recibo expedido por la Tesorería Municipal fechado del 15 de abril al 15 de mayo.
"Asimismo se quitó el que venía funcionando en la calle Chihuahua entre Zaragoza y Niños Héroes, pues no reunía los requisitos de higiene, según la información proporcionada por la Jefatura de Policía.
"El funcionamiento de los llamados futbolitos venía propiciando la vagancia de los niños en edad preescolar, por lo que las autoridades municipales optaron por suspender su funcionamiento".
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Tomado de Tribuna (16 de abril de 1976).
Material proporcionado por Nicolás Tapia.