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La foto es muy elocuente: Un agente del Departamento de Investigaciones de la policía local corta el cabello a un rebelde sorprendido con carrujos de marihuana, dice la nota del periódico.
Eran los años sesenta. Habían aparecido los primeros greñudos que siguiendo la moda rockera se dejaron crecer el pelo.
¡Horror, terror y pavor!, exclamaron los vigilantes de las buenas costumbres y las autoridades celosas de su deber. Inició entonces una persecusión contra los primeros mechudos.
Con cualquier pretexto, una pequeña bulla, relajo, aspecto sospechoso, jóvenes rebeldes de pelo más largo van a la "perica" no sin antes cortarles el cabello en plena calle.
¡Para que aprendan los demás a no andar como maricas ofendiendo la moral pública, sí señor !
En el pie de foto escrinbió el reportero de entonces:
"El drogadicto aceptó que le cortaran el pelo, pues dijo que ya cambiaría de vida".
Recorte periodístico proporcionado por Nicolás Tapia.
