La historia es conocida. En esta esquina, calle Sonora y Guerrero, estuvo el Banco Agrícola de Sonora y allí, a fines de los 1940s, ocurrió el primer asalto bancario. Su autor, El Dijuntito.
Era un tuberculoso cuyo aspecto demacrado le valió ese apodo. El Dijuntito huyó por las calles del centro de la ciudad, dicen que traspasó el callejón Dabdoub, allí se perdió unos cuantos minutos y después le siguieron la pista hasta alcanzarlo entre los matrorrales del valle.
Durante muchos años El Dijuntito estuvo en las pláticas de los cajemenses de antes que no estaban acostumbrados a los asaltos bancarios. Hoy ya no recordamos cuál fue el útlimo de los bancos asaltados en el 2016, ni cuál fue el primero.
Y hoy en esa misma esquina, bancaria por tradición, funciona una sucursal del HSBC.