En 1964 se instaló con su carro de hot dogs frente al ITSON. Desde entonces permanece en ese lugar, unos metros más para acá o más para allá.
Allí, con sus ricos hot dogs, don Eme ha convivido con todas las generaciones de estudiantes del Itson y la Secundaria Campoy que pasan por allí, algunos con tanta frecuencia que terminaron por convertirse en sus amigos.
Emeterio Estrada llegó a Cajeme proveniente de su tierra natal, Nayarit. Aquí trabajó en el campo y poco después se hizo de un carrito de hot dogs.
Los principios de este negocio los aprendió con Simón el Cacarizo:
"Él vendía hot dogs y yo le ayudaba; cuando se retiró me vendió el carrito y aquí me quedé".
De eso hace 43 años, un período en el que ha visto familiarizado con estudiantes de todo tipo. Comieron allí chamacos y muchachas que después fueron diputados, altos funcionarios, brillantes médicos y respetables amas de casa.
En una de sus bancas comía hot dogs el vecino Manlio Fabio Beltrones.
También fueron sus clientes muchos jóvenes que alguna vez fueron conocidos por su rebeldía política.
"Ahora todos andan en el PRI", dice con ironía.
Boxeador improvisado
En 1971 don Eme tuvo su debut y despedida como boxeador, cuando un grupo de estudiantes lo animó para que subiera al ring y enfrentara a un temible rival: don Mike (Miguel Serrano), propietario de la refresquería El Centenario, otro personaje célebre de esa época.
"Alguien me dijo que dejé a Miguel tocado para siempre", comenta entre risas.
Entre mayonesa y mostaza, con cebolla y sin picante, don Eme ha pasado estos 44 años de su vida.
Y ha sobrevivido feliz ante la invasión chinaleña.