Lázaro Mercado fue el prototipo del educador incansable que dejó constancia de su vocación en las generaciones de jóvenes cajemenses a los que formó en su Escuela Secundaria No. 1.
Ubicado en la calle Guerrero, entre Miguel Alemán y Sinaloa, el edificio de la vieja secundaria aún sobrevive, casi en ruinas, pero completo por si alguien quiere comperarlo y renovarlo. Valdría la pena porque su diseño, sin ser una joya arquitectónica, tiene un valor emblemático que nos remite al Cajeme de Ayer.