La calle que al abrirse, en los 1920s, se llamó inicialmente Morelos, luego fue rebautizada como No Reelección, un nombre irónico por tratarse de una de las principales vías en una ciudad que lleva por nombre el del infortunado general y presidente que se reeligió en 1928. Lo demás es historia conocida.
Una mirada hacia el pasado de la No Reelección nos sitúa en la década de los 1940s, cuando la ciudad no tenía más de 60 mil habitantes y por las calles aún sin pavimentar rodaban los escasos automóviles de marca norteamericana (no existían los carros asiáticos que hoy circular por todas partes).
En la esquina con Sinaloa estaba la casa matriz de la ferretería Byerly Hnos., que ocupaba casi toda la cuandra hasta el callejón, y a partir de allí se encontraba el edificio de Zaragoza, S. A.., una familia de comerciantes que eran dueños de buena parte de esta manzana en el centro de la ciudad.
Al fondo sobresale el Mercado Municipal.
Hoy, esta acera de la No Reelección entre Sinaloa y 5 de Febrero es una de las más sucias y feas del centro de la ciudad, con negocios que impunemente invaden la banqueta y obstruyen el paso de los peatones.
Tiendas de baratijas, puestos de comida, tendederos de ropa y minicasinos en el exterior, dibujan una horrible figura urbana que ninguna autoridad, desde hace varios trienios, se ha atrevido a corregir.