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Ignacio Ruiz Armenta fue el primer alcalde de Cajeme, de acuerdo al acta Numero 31 rindió su primer y único informe el 16 de septiembre de 1928 a las doce horas, el cual en satisfacción fue aprobado por unanimidad.
De acuerdo a como lo mandataba la constitución del estado, el alcalde al dar su informe ante el pleno de Cabildo deja la Presidencia Municipal y pasaba a ser parte del Cuerpo de Regidores.
El que esto escribe, al consultar los libros de actas de este ayuntamiento para escribir el libro Presidentes de Cajeme, próximo a editarse, encontré que durante mucho tiempo se consideró como al segundo alcalde de Cajeme a Ignacio Mondaca, siendo que en realidad el segundo fue el Ciudadano Joaquín Ybarra, dato que ninguno de los historiadores de Cajeme, había documentado y por lo tanto había pasado desapercibido; en relación a esto propuse al Ayuntamiento de Cajeme, en la administración del Maestro Sergio Pablo Mariscal Alvarado , que se le diera al Sr. Ybarra el debido lugar en la historia política de este municipio, lo cual se llevó acabo después de varias sesiones que quien este escribe sostuvo con miembros de la comisión de gobernación, donde se presentaron prueban documentales en relación a la petición que se hacía, presentándose después a pleno del cabildo donde fue aprobada por unanimidad en sesión de fecha 30 de enero del 2020, quedando documentada en acta 31, de acuerdo a dictamen emitido por la Coisión de Gobernación.
Queda a este servidor la satisfacción de aportar un documento histórico a la sociedad cajemense, y para aquellos que tienen a bien narrar acontecimientos de trascendencia política y social de nuestro municipio y de la ciudad. Mismo que antes de esta fecha era desconocida.
Ruiz Armenta dio su informe de gobierno que fue el por el periodo de ocho meses con quince días.
De acuerdo a como lo mandataba la constitución del estado de Sonora, el periodo de gobierno municipal era de dos años, el alcalde entrante duraba un año y el 16 de septiembre al dar su informe pasaba a ser uno más de los regidores y el primer regidor asumía la presidencia municipal por el periodo restante, de un año.
De esta forma Ignacio Ruiz pasó a ser primer regidor y Joaquín Ybarra siendo el primer regidor asumía la alcaldía, siendo en la historia de Cajeme el segundo alcalde, no Ignacio Mondaca, como erróneamente se manejó por más de noventa años. Como ejemplo de que ya es considerado como alcalde, su fotografía fue incluida, junto a la de los alcaldes de Cajeme que por orden cronológico se encuentran en la sala de cabildo tal y como se realizó por primera vez a incitativa del General Miguel Guerrero Verduzco, quien fue alcalde en el periodo de 1949 a 1952 cuando por primera vez se colocaron las fotos de los alcaldes en los pasillos del palacio municipal.
Lo anecdótico de este suceso, es que Joaquín Ybarra hace el juramento debido, el 16 de Septiembre a las doce horas: El Presidente Municipal saliente le tomó la protesta en los siguientes términos: Protestáis guardar y hacer guardar la Constitución General de los Estados Unidos Mexicanos del 31 de enero de 1917, mil novecientos diecisiete, la Constitución del Estado, las que de ella emanen y cumplir leal y patrióticamente el cargo de Presidente Municipal que os ha sido conferido por el Ciudadano Gobernador del Estado de conformidad con la ley relativa, mirando en todo por el bien y prosperidad de la Nación, del Estado y de esta municipalidad y habiendo contestando el interpelado. –“Sí, protesto”-el mismo funcionario replicó. “Si no lo hacéis así, la Nación, el Estado os demanden”.
Sin embargo al siguiente día, 17 de septiembre, llama a junta de cabildo con carácter de extraordinario y presenta su renuncia. Esto quedó asentado en el acta número 32.
Para estas fechas ya había sido asesinado el General Avaro Obregón y la política, desde el nivel municipal, estatal y nacional ya se miraba con serios conflictos.
A nivel local y estatal la balanza al parecer se inclinaba por el movimiento que representaba el Obregonismo, como se observó en los meses posteriores y que se vio con más claridad en los meses de febrero, marzo y abril de 1929. Por lo que se estima que la renuncia de Joaquín Ybarra haya estado ligado a estos sucesos, considerando también que después de su renuncia a la presidencia fueron varias sus inasistencia a las sesiones de cabildo y donde más se apreció fue en la sesión de cabildo número 42, cuando a través del cuerpo colegiado, el ayuntamiento consintió, quizá más por presión que por convicción adherirse al movimiento de Renovación encabezado por el General José Gonzalo Escobar, y donde faltó su firma de solidaridad. Por lo que Cabildo en base a sus faltas voto por su suspensión.
Se especula pues que Joaquín Ybarra no estaba de acuerdo con el movimiento de renovación, por ello el motivo de su renuncia a la alcaldía.
Quizá esta renuncia ya estaba consensuada, pero se tenían que cumplir con los protocolos y los mandatos de la constitución.
