El viernes 26 de abril de 1946, ante numerosos invitados, los de la sociedad de padres de familia, representantes de la Cámara Nacional de Comercio Hispano Americano, Logia Masónica 340 del Valle del Yaqui, Logia Masónica Hiram 13 y del Rito Nacional Mexicano, agrupaciones obreras y campesinas, público en general y muy especialmente la presencia del Secretario de Educación Pública Jaime Torres Bodet, fue inaugurada la tercer escuela primaria en Ciudad Obregón .
Iniciativa del Ayuntamiento de Cajeme y secundada por el gobernador del Estado, General Abelardo L. Rodríguez, a esta escuela se le asignaría el nombre de Fernando F. Dworak, entre otros méritos por haber sido maestro por más de 40 años.
Fernando F. Dworak, nació en Tlaxcala en el año 1872, llegó a Sonora en 1895, fue director de educación en 1926, en Ciudad Obregón fundó el Colegio Dworak y el Colegio para Barones, vivió en Ciudad Obregón hasta 1942, año en el que se trasladó a la Ciudad de Monterrey, donde fincó su residencia.
La ceremonia oficial estuvieron junto a Torres Bodet: Octavio Ibarra estuvo en representación del Gobernador del Estado; Dr. Rafael Ramos Alpuche, en representación del maestro Fernando F. Dworak; los profesores Heriberto Salazar, Presidente Municipal; Ignacio Salazar Q. y Alberto Gutiérrez, directores de Educación General y del Estado, además de los profesores Jesús Constantino Álvarez y Adalberto L. Salcido, inspectores escolares.
El programa incluyó un discurso del alcalde, profesor Heriberto Salazar, y un bailable por alumnos de la Escuela Secundaria Numero 3, a cargo del Profesor Eusebio Montero Morales; además de una canción interpretada por la alumna del Centro Escolar Cajeme, Nila Olga Tavares.
Ya estando en servicio la Escuela Fernando F. Dvorak, y a iniciativa de las socias del Club Vesta, que habían sido incansables promotoras de una biblioteca para la ciudad, se logró que en el mismo edificio se instalara una en un salón de la planta alta, y fue llamada Biblioteca Popular. Contaba con anexos infantiles y escolares y abría de las ocho de la mañana a las nueve de la noche. El Club nombró como director al maestro Roberto Rojas. Cabe señalar que antes el mismo club había instalado una biblioteca en el recién inaugurado mercado municipal.
La Escuela Fernando F. Dworak tuvo vigencia de 74 años, fue demolida la mañana del día 23 de Julio del 2018, dada las afectaciones sufridas por los sismos ocurridos el 19 de enero y 29 de marzo del 2018. Buen pretexto en esta telúrica ciudad.
El terreno donde fue edificada sirvió para que se practicara beisbol y futbol. También en ese espacio se llevó a cabo en 1944 la Feria del Arroz, que se pretendía quedara como algo tradicional, pero solo se realizó en una ocasión.
Allí mismo estuvo a punto de edificarse el palacio municipal, que se venía planificando desde la administración de Faustino Félix Gastélum y tuvo avances en el periodo de Abelardo B. Sobarzo. .
Ya en el periodo de Gobierno de Heriberto Salazar se inician en forma los trámites para la construcción de este edificio en el lugar que hoy ocupa, dado los problemas que surgieron para este objetivo se vio la posibilidad de construir la casa del ayuntamiento en Calles Zaragoza y Durango, para esto se contrataron arquitectos e ingenieros de la ciudad de México, que realizaron todos los proyectos para edificar ahí el palacio de los poderes, como se le dio en llamar; con la intervención y apoyo del Gobernador del estado para allanar los problemas que implicaba su edificación, se descarta la idea construir el palacio municipal en calles Zaragoza y Durango, dando pie después a la iniciativa de la administración municipal y apoyada por el gobierno del estado para la construcción de la Escuela Fernando F. Dworak, llevada a cabo en ese periodo de gobierno.
Allí también en 1944 se llevó a cabo la Feria del Arroz, que pretendía quedara como algo tradicional y que trascendiera en el tiempo, las nuevas administraciones no la continuaron.
Con la demolición tal vez necesaria del edificio de la Escuela Fernando F. Dworak, se da un paso más a la destrucción de los vestigios históricos de la ciudad, y hoy en día, igual que en aquellos años anteriores a la década de los cuarenta del siglo pasado, el terreno que ocupó se ha convertido en un llano grande al que no se le da ningún uso, pero día a día, hay quienes voltean a ver con ojos de añoranza el lugar ése donde aprendieron el silabario.